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Siglo XXI. Guatemala, sábado 13 de enero de 2007.

Rogelio Salazar León recibirá galardón.

Legajo anudado Gana premio Monteforte Toledo

Por: Alejandra Ordoñez

El escritor guatemalteco Rogelio Salazar De León fue elegido como el ganador del Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo por su, obra inédita Legajo anudado, la cual resultó elegida entre otras seis finalistas. Además del galardón, Salazar De León recibirá una compensación monetaria de Q50 mil, y la publicación de su obra.

El jurado calificador estuvo integrado por Raúl Figueroa Sarti, Raúl de la Horra y Marilyn Penningtón, quienes expresaron, por medio de un comunicado, que Legajo anudado es “una obra excelentemente escrita, con una temática audaz y original, cuyo desarrollo es coherente y sin fisuras”.

La ceremonia de premiación se llevará a cabo el martes 16 de enero, a las seis y media de la tarde, en la Casa del Té del Zoológico La Aurora, zona 13.

Salazar De Léon, de profesión abogado y notario, se ha desempeñado como catedrático de filosofía y lógica en la Universidad San Carlos de Guatemala y tiene una maestría en Historia de la Universidad Internacional de Andalucía.

Otros escritores que han recibido el galardón en años anteriores son Maurice Echeverría, Carol Zardetto, Ronald Flores, Haroldo Sánchez y Víctor Muñoz, entre otros.

*. elPeriódico Guatemala, sábado 13 de enero de 2007.

 

La Fundación Mario Monteforte Toledo concedió hoy el Premio Centroamericano de Novela 2006.

Se falla el Monteforte
Por: Mónica Luengas R.

Rogelio Salazar de León fue el galardonado con el Premio Centroamericano de Novela Mario Mario Monteforte Toledo 2006, que le será entregado en una ceremonia el próximo martes 16. La novela premiada se titula “Legajo anudado, cartas para leer o aportar”.

La novela es un epistolario que trata sobre el hallazgo de unas cartas ficticias escritas por el alemán Friedrich Nietzsche, durante su etapa de juventud, antes de que se convirtiera en filósofo. Las cartas son supuestamente encontradas en la Universidad de Basilea, donde Nietzsche trabajó hasta 1879, y están dirigidas a personas cercanas a él: su madre, sus amigos de infancia, su hermana y su guía, el músico Richard Wagner.

El autor explica que la novela “es la historia de cómo se convierte en filósofo, de cómo rompe su amistad con Wagner, porque está enamorado de su esposa, Cósima”.

Salazar de León es abogado, desde 2000 es profesor de Filosofía en la Universidad de San Carlos. Su libro “Por el destino a la realidad” fue publicado por el Instituto Dante Alighieri y es colaborador del periódico de la Usac.

Prensa Libre / Cultura. Guatemala, lunes 15 de enero de 2007.

 

Mario Monteforte Toledo creó en 1995 el Premio de Novela para incentivar a escritores jóvenes.

Rogelio Salazar gana
Premio de Novela Monteforte Toledo
Por: REDACCIÓN CULTURA

La novela Legajo anudado, cartas para leer o apostar, de Rogelio Salazar de León, fue seleccionada, por unanimidad, como la ganadora del Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo 2006.

El jurado, que estuvo conformado por Raúl Figueroa Sarti, Raúl de la Horra y Marilyn Pennington, consideró que la novela de Salazar era una obra "excelentemente escrita, con una temática audaz y original, cuyo desarrollo es coherente y sin fisuras. El personaje, el filósofo Nietzsche, es presentado de forma verosímil y convincente. Es digno de anotar el evidente oficio de escritura del que hace gala el autor a lo largo de toda la novela así como del conocimiento del personaje y su entorno histórico. La calidad y contundencia de la obra están fuera de toda duda". Así se expresó el jurado en el acta el viernes 12 de enero, tras la reunión que sostuvo en la librería Sophos, zona 10, con la presencia de Javier Donis, representante de la Fundación.

El ganador
Rogelio Salazar, quien participó en el certamen bajo el seudónimo Billy Elliot, nació en la ciudad de Guatemala el 21 de noviembre de 1957. Bachiller en Ciencias y Letras y Abogado y Notario. Fue catedrático de Filosofía y Lógica en la Universidad de San Carlos. Posteriormente estudió una maestría en Historia en la Universidad Internacional de Andalucía.

Siglo XXI. Guatemala, martes 16 de enero de 2007.


>La entrega del Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo 2006 se llevará a cabo hoy, martes 16, en la Casa del Té (interior Zoológico La Aurora), a partir de las 18:30 horas.

El cartero de Nietzsche
Rogelio Salazar de León recibirá hoy el Premio Centroamericano
de Novela 2006 de la Fundación Mario Monteforte Toledo.

Mónica Luengas Restrepo

Rogelio Salazar de León fue declarado el ganador del Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo 2006, por su obra Legajo anudado, cartas para leer o apostar. Un texto a la manera de un epistolario, que se arma a partir de unas cartas ficticias escritas por el alemán Friedrich Nietzsche, durante su etapa de juventud, antes de que se convirtiera en filósofo. Las cartas son supuestamente encontradas en la Universidad de Basilea, donde Nietzsche trabajó hasta 1879, y están dirigidas a personas cercanas a él.

Salazar de León es abogado de profesión, desde 2000 es profesor de Filosofía de la Ciencia y Lógica en la Universidad de San Carlos (Usac). Su libro Por el destino a la realidad fue publicado por el Instituto Dante Alighieri y es colaborador recurrente del periódico de la Usac.

¿De dónde nace la idea de la novela?
– Surge del deseo de encontrar una voz, de buscar un estilo, una singularidad en la expresión. El hecho de escribir una novela que tenga un contenido filosófico se me figura a mí como un camino adecuado para la consecución de mi propio estilo. Yo tengo la idea de que el matrimonio entre la Literatura y la Filosofía no es algo nuevo, es algo que viene desde la época de Platón o los presocráticos.

¿Por qué la mezcla de la Filosofía y Literatura?
– Lo más importante para mí ha sido acercarme desde la juventud a la Filosofía y buscar una expresión para ella, dejando un poco de lado la dureza, la rudeza y la especialidad del lenguaje filosófico para ir haciéndola un poco más comprensible y más sensible. La Literatura es un buen vehículo para lograrlo. Ahora, en el caso concreto de este libro, Nietzsche era un filósofo muy literario, por lo que era un excelente ejemplo para lograr esto.

¿Por qué escogió a Nietzsche como el protagonista de su novela?
– Nietzsche es un personaje que me ha seducido desde siempre, su trayectoria me ha interesado mucho. Creo que para el siglo XX fue muy importante, en la medida de que todas las expresiones intelectuales de ese siglo tuvieron que ver con él. Es un personaje ante el cual es difícil ser indiferente.

Su libro se enfoca en una época en particular de la vida de Nietzsche, ¿por qué su juventud?
– Simplemente porque el libro que mejor conozco de Nietzsche es El origen de la tragedia. Este es el primer libro de Filosofía escrito de una forma seria por él y, aparte, me intrigaba mucho esa ruptura que tuvo con su guía, el músico Richard Wagner. Intenté mostrar en la novela la historia de cómo el filólogo se convierte en filósofo, de cómo rompe su amistad con Wagner y de cómo esa amistad se rompe porque Nietzsche empieza a entender que está enamorado de la esposa del músico, Cósima. Eso fue lo que más me condujo a atender esta época de la juventud. La novela termina cuando Nietzsche tiene más o menos 33 años.

Usted es conocido en el ámbito literario por sus artículos en el periódico de la Usac, ¿qué diferencias encontró al escribir la novela?
– Como usted lo dice, yo lo que realmente escribo son artículos que reflexionan sobre un personaje o sobre la obra de algún personaje. Yo no encuentro mucha distancia entre lo que he hecho en el periódico de la universidad y lo que hice ahora. La diferencia probablemente está en que la atención está más enfocada, y el aliento es más prolongado, pero es un trabajo que tiene la misma intención: acercase a la obra de alguien. En este caso concreto, lo que hice fue verlo desde adentro, ponerme en los zapatos de Nietzsche y tratar de escribir desde lo que él vivió y lo que uno puede asumir leyendo sus biografías y su obra.

¿Por qué dejó la abogacía, para dedicarse a la Filosofía y a las Letras?
– Porque la verdad no está en el Derecho. Yo trabajé con mi papá, que es abogado, durante 15 años. En 2000 él decide retirarse y yo decido dedicarme a otra cosa y no me arrepiento. Amo lo que hago hoy y le tengo mucho reconocimiento al Derecho porque me permitió hacer un capital que hoy me permite vivir tranquilo.

¿Qué importancia tiene para usted recibir este premio?
– Para mí, la mayor satisfacción es escribir algo y estar conforme con eso. En todo caso, siempre es una buena noticia el hecho de que un jurado, en este caso compuesto por personas que viven entre libros y que tienen un nivel cultural notable, valore un trabajo.

elPeriódico. Guatemala, miércoles 17 de enero de 2007.

Entregan el Monteforte
El ganador del premio es Rogelio Salazar

Mónica Luengas R.

La Fundación Mario Monteforte Toledo entregó ayer el Premio Centroamericano de Novela 2006, a Rogelio Salazar de León, por el texto “Legajo Anudado, cartas para leer o apostar”. El premio consiste en Q50 mil.

La novela está escrita a la manera de un epistolario, que se arma a partir de unas cartas ficticias escritas por el alemán Friedrich Nietzsche, cuando era joven, antes que se convirtiera en filósofo.

Salazar de León es abogado de profesión, desde 2000 es profesor de Filosofía y Lógica en la Universidad de San Carlos (Usac). Tiene una maestría en Historia, de la Universidad de Andalucía. Su libro “Por el Destino a la Realidad” fue publicado por el Instituto Dante Alighieri, y es colaborador del periódico de la Usac.

Salazar afirmó que “siempre es una buena noticia el hecho de que un jurado, en este caso compuesto por personas que tienen un nivel cultural notable, valore un trabajo”. Los miembros del jurado fueron: Raúl de la Horra, Marilyn Pennington y Raúl Figueroa Sarti.

elPeriódico / EnFoco. Guatemala, miércoles 17 de enero de 2007.

PREMIO SE QUEDA EN EL PAÍS
Gabriela Segovia*

ENTREGA. Diploma y Q50 mil es el premio que recibió anoche Rogelio Salazar, de manos de José Toledo, de la Fundación Mario Monteforte Toledo, por su novela titulada Legajo anudado, cartas para leer o apostar, ganadora del concurso centroamericano Novela 2006.

Diario La Hora. Guatemala, jueves 18 de enero de 2007.

Entregan Premio de Novela Mario
Rogelio Salazar de León recibió el Premio
Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo 2006.

El Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo 2006, el más prestigioso de la región desde el año 1995 en que fue creado por ese gran escritor nacional, fue ganado en esta oportunidad por el novelista guatemalteco Rogelio Salazar de León, quien recibió la presea en acto solemne realizado el martes 16 de enero en la Casa de Té, interior del Zoológico La Aurora.

Salazar de León obtuvo el premio por su novela Legajo anudado, cartas para leer o apostar, en la cual, supuestas cartas escritas por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, dirigidas a personas cercanas a él, son encontradas en la Universidad de Basilea, donde el filósofo trabajó hasta 1879, y que sirven de nexo al texto.

De acuerdo con las bases que rigieron el certamen, el premio, único e indivisible, que recibió el ganador, asciende a cincuenta mil quetzales (Q50,000.00) y diploma. El ganador conservará sus derechos de autor y podrá publicar su obra en la editorial que considere conveniente, incluyendo en la portada el nombre de este certamen.

La Fundación Mario Monteforte Toledo, con el Premio que lleva el nombre de este insigne escritor, novelista y dramaturgo guatemalteco, busca incentivar la creatividad en los jóvenes escritores centroamericanos.

El jurado calificador estuvo compuesto en esta oportunidad por los escritores y críticos literarios: Raúl Figueroa Sarti, Raúl de la Horra y Marilyn Pennington, quienes dieron a conocer el pasado viernes 12 de enero, que se eligió por fallo unánime la obra de Salazar, por considerar que es una obra excelentemente escrita, con una temática audaz y original, cuyo desarrollo es coherente y sin fisuras.

El novelista premiado participó en el certamen con el seudónimo Billy Elliot; nació en la ciudad de Guatemala el 21 de noviembre de 1957; destacándose como abogado y notario, catedrático universitario y estudiante de una maestría en Historia de la Universidad Internacional de Andalucía.

Siglo XXI. Guatemala, jueves 18 de enero de 2007.

 


>Serio y reservado, Rogelio Salazar de León recibió el Premio Centroamericano de Novela 2006, en un sencillo acto.

“Este premio no significa ningún cambio”
Jessica Masaya.

Rogelio Salazar de León trabajó como abogado hasta el año 2000, cuando se retiró para laborar en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) como profesor de filosofía. Ahora inicia una nueva etapa como escritor, al ser declarado ganador del Premio Centroamericano de Novela 2006, convocado por la Fundación Mario Monteforte Toledo, con su obra Legajo anudado, cartas para leer o apostar.

Si bien la ocasión hubiera emocionado a cualquiera, Salazar parecía tranquilo y esquivo en la breve ceremonia de premiación, que se llevó a cabo el pasado martes 16 de enero.

De pocas palabras
El único libro que ha publicado Salazar de León, que trata de filosofía, es Por el destino a la realidad. Además, escribe frecuentemente en el periódico de la Usac. “Esta novela no es lo primero que he escrito, pero será lo primero que se conozca”, explica. La literatura para él es un medio para hacer la filosofía más comprensible.

Al preguntársele lo que este premio significará en su vida, afirma: “Este premio no significa ningún cambio. Seguiré con las mismas preocupaciones que he tenido hasta ahora, a lo que me he dedicado siempre. A mí me gusta el anonimato”. Este premio fue otorgado a su hermano Oswaldo Salazar de León en 2003.
Además de textos filosóficos, Salazar lee a Jorge Luis Borges, Thomas Mann, y a escritores de la tradición inglesa como Henry Fielding. “Reconozco que estoy desconectado de lo que se escribe actualmente”, dice con seriedad.
El profesor universitario afirma que escribe cuando no tiene sueño; generalmente por las tardes. Se muestra desconcertado y hasta cierto punto enfadado cuando se le pregunta lo que va a hacer ahora. “En general no lo sé, y no quiero planificar nada”, dice tajante.

Un Nietzsche joven
Desde hace casi 20 años, Rogelio Salazar ha leído la obra del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Fue así como fue surgió la idea de escribir Legajo anudado, cartas para leer o apostar. “Es un esfuerzo para interpretar la vida de Nietzsche. Todos los personajes que aparecen en la novela existieron realmente en la vida del filósofo”, señala. Para preparar esta novela Salazar hizo una larga investigación, y luego la escribió en 11 meses.

La obra está escrita en estilo epistolar. Se presenta a partir de unas misivas ficticias escritas por Nietzsche durante su etapa de juventud, antes de convertirse en filósofo, y que están dirigidas a personas cercanas a él.

Al recibir el premio, Salazar afirmó que “está conforme con su obra”, cosa que es lo más importante para él. El reconocimiento y la fama parece tenerle sin cuidado.

Importante galardón
En 1997 se constituyó la Fundación Mario Monteforte Toledo, con el objetivo principal de establecer cada año y en forma permanente un premio de novela, que en 2002 se volvió centroamericano. Las obras galardonadas han sido las siguientes:

1997 Las murallas, de Adolfo Méndez Vides.
1998 Sara sonríe de último, de Víctor Muñoz.
1999 El último silencio, de Ronald Flores.
2000 Matusalén, el heterodoxo, de Fernando González Davison.
2001 Lengua de pájaro, de Haroldo Sánchez.
2002 Memorias del año de la Cayetana, de Jacinta Escudos, salvadoreña.
2003 Por el lado oscuro, de Oswaldo Salazar de León.
2004 Con pasión absoluta, de Carol Zardetto
2005 Diccionario Esotérico, de Maurice Echeverría
2006 Legajo anudado, cartas para leer o apostar, de Rogelio Salazar de León
Este es el premio más importante que se otorga en nuestro país por una obra inédita. La mayoría de los ganadores de este concurso ya tenían una carrera literaria antes de ser galardonados. Los que han surgido gracias a este certamen son Ronald Flores, Carol Zardeto, y ahora Rogelio Salazar de León.

Diario La Hora Guatemala, sábado 20 de enero de 2007.

Al Rector de la USAC
Marco Vinicio Mejía

Para quienes celebramos a la Universidad de San Carlos fuera de sus muros y la sufrimos en sus entrañas, nos llena de júbilo que uno de sus profesores, Rogelio Salazar de León, obtuviera el Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo 2006. Lejos del afán de integrarse al sistema de preseas y castigos que rodea a la labor literaria, Rogelio abandonó los códigos legales por amor al saber, una búsqueda que requiere de gran valentía y una paradoja que sólo puede formularse con lucidez.

La obtención del Premio Monteforte es el acontecimiento literario más relevante en nuestro país. Lo obra galardonada, Legajo anudado, ofrece una singularidad temática y estilística al refundir la reflexión filosófica con el discurso literario, unidad que se perdió con la invención de la universidad moderna de corte napoleónico que fraccionó el conocimiento en parcelas, en su afán de certificar las profesiones. En esta época de nutridos desalientos, Rogelio vislumbra una nueva fórmula, potente, que integre los conocimientos técnicos en la literatura, el primer arte de la escritura.

La novela galardonada recrea la época crucial en que Nietzsche se convite en filósofo. Este esfuerzo aborda a uno de los pensadores más relevantes pero a la vez menos comprendido, quien pidió manumitirnos del esclavismo moral para no anhelar del cielo lo que podemos encontrar en el mundo real. Si esto requiere ser fieles a la tierra, Rogelio Salazar ha sido leal al apartarse del mundo de las apariencias y ahora cifra sus empeños en las aulas de nuestra Alma Máter, que no principia por decidir su reforma, la cual principiaría por pensarse a sí misma.

La posibilidad de transformación, de renovación intelectual, nos llevó a apoyar la candidatura rectoral del licenciado Estuardo Gálvez Barrios. En el laberinto burocrático en que se convirtió nuestra universidad, necesitamos de un nuevo dédalo, un descifrador de las claves de un inmovilismo que no se resuelve con medidas administrativas sino con un cambio de mentalidad. Esto necesita lealtad con la misión sancarlina, compromiso que Rogelio ha asumido con rigor y tenacidad. En especial, porque proyecta su pensamiento en el Periódico de la USAC, un dato que el escritor galardonado destaca de su hoja de vida y nos dignifica a quienes hemos colaborado con ese medio.

Ojalá el licenciado Gálvez Barrios reconozca este logro y sea el portavoz de nuestra alegría. Si hago pública ésta petición es por la postura realista y equilibrada de Rogelio Salazar, quien afirmó en reciente entrevista: “Este premio no significa ningún cambio. Seguiré con las mismas preocupaciones que he tenido hasta ahora, a lo que me he dedicado siempre. A mí me gusta el anonimato”. Es una modestia que sólo puede provenir de la lucidez, porque la modestia significa la comprensión de que no se puede penetrar en la esencia del universo, de que no existe yo alquno, sino una criatura de la historia del mundo. Es la modesta presuposición de una conjetura en voz de un joven Nietzsche. ¡Enhorabuena. Rogelio!

Siglo XXI / letras de cierre / dominical. Pág. 22. Guatemala, domingo 21 de enero de 2007.

 

*Esta carta forma parte de Legajo anudado (cartas para leer o apostar), la novela epistolar ganadora del Premio Mario Monteforte Toledo 2007. En ella, Rogelio Salazar (Guatemala, 1957) se interna en el personaje de Friedrich Nietzsche durante su juventud.

LEGAJO ANUDADO (CARTAS PARA LEER O APOSTAR)*
Rogelio Salazar

Estoy sepultado entre libros y bendigo a Dios por ello. ello.

El agradecimiento hacia la inundación bibliográfica nunca será suficiente.

La vida en casa la siento más apacible y contemplativa que la vida en la Universidad; me sucede que en la Universidad a veces siento estar viviendo la vida de otros, estar cumpliendo los deseos o los propósitos de otros; estudiar ciertas cosas es, por momentos, una impostura, además de que la adopción de ciertas actitudes es algo que no haríamos si no nos encontráramos en ciertos escenarios.

En cambio, en casa el arribo de todos los estados de ánimo, ya sean éstos la alegría, la tristeza, la reflexión, la diversión o cualquier otro, se siente que suceden sobre la vida misma; los hermosos días del reverdecer y la potente carga de vida que los hace estallar, sin duda, ayuda mucho en este sentimiento.

Pienso en la gente que prefiere hace vida de familia como aquélla que se encuentra más cerca del misterio originario quiero decir, más cerca de Dios.

Al salir de casa le entregamos a muchos desconocidos el manejo de los hilos que nos mueven, y lo peor es que cuando esto sucede, es cuando creemos ser más libres; aunque siempre habrá de ser una duda digna la de saber y la de decir si el dios de los caprichos se halla más dentro o fuera de casa.

Desde el punto de vista individual, sólo puedo decirte que está temporada en casa y fuera de Leipzig la he sentido como una purificación, como una especie de descanso espiritual; el hecho de verme y sentirme arrancado de mi trabajo y devuelto al trabajo mismo, porque no he dejado de estudiar aquí, pero devuelto a él al margen de la rendición de cuentas y de la obligación por demostrar que sé algo a partir del estudio, me ha hecho sentir, casi como algo físico, cierta pureza y grandeza en el alma.

Mi madre y mi hermana son dos personas que confían y en serio se creen que yo soy alguien que hace la cosas más importantes del mundo, y esa sencillez incomparable de ellas, al mismo tiempo, me hace sentir a mí como si tuviese un caramelo en la boca, y creo que lo único grande que puedo hacer a cambio es intentar ser tan bellamente sencillo, como ellas lo son.

Al comienzo te dije que me encuentro rodeado de libros, lo cual debo a la aceptación de mi Teognis; he penetrado de tal forma en algunos aspectos derivados de este trabajo, que me encuentro casi en la certeza sobre la existencia de fuentes inexistentes, porque se hallan perdidas, desde luego; para decírtelo en otras palabras: no puedo estar seguro de cosas que no veo y que nunca veré y, aunque no lo creas, el alejamiento del empirismo y de su esse rerum est percipi me incomoda un poco, porque pienso en armonía a lo que nos ha sido enseñado, que como una actitud intelectual en busca de la evidencia, es válida; ya hablaremos de esto algún día que nos veamos.

Hasta pronto, querido amigo, te dejo mientras me acompaña la voluptuosa primavera.

F.

elPeriódico / Cartas. Guatemala, martes 23 de enero de 2007.

Un premio literario
César Gutiérrez S-20 6387

El 16 de enero, Rogelio Salazar recibió el Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo 2006, por su novela Legajo anudado, cartas para leer o apostar: Pocos estuvimos en el acto de premiación. ¿A qué debemos apelar, para que nuestro pueblo se interese por la cultura? El ganador, profesor de Filosofía de la Ciencia y Lógica en la Universidad de San Carlos, cree que la Filosofía necesita un canal para hacerse más comprensible y accesible. La literatura es ese canal de expresión, a su criterio, por el manejo del lenguaje. Ojalá logre, en su recorrido como escritor, hermanar a ambas ciencias. Felicitaciones a Salazar y a la Fundación Mario Monteforte Toledo ¡Que nunca despierten de su sueño porque entonces se acaba!

Prensa Libre. Guatemala, domingo 28 de enero de 2007.

FELICITAN A: ROGELIO SALAZAR DE LEÓN

LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA, LA RECTORÍA, LA DIRECCIÓN GENERAL DE DOCENCIA Y LA FACULTAD DE INGENIERÍA

FELICITAN A:

ROGELIO SALAZAR DE LEÓN

Profesor de Filosofía la Ciencia y Lógica, por haber escrito la obra Legajo anudado (cartas para leer o apostar), en la que narra cómo el filólogo alemán Friedrich Nietzsche se convierte en filósofo, por la que obtuvo unánimemente el Premio Centroamericano de Novela “Mario Monteforte Toledo".

“ID Y ENSEÑAD A TODOS” Guatemala, enero de 2007.

elPeriódico / elAcordeón. Págs. 06-07. Guatemala, domingo 28 de enero de 2007.


A partir de una serie de cartas ficticias, Rogelio Salazar de León narra en “Legajo anudado, cartas para leer o apostar” las iniciaciones y las crisis de un jovensísimo Friedrich Nietzsche. Una novela extraña e inusitada en el panorama de las letras nacionales contemporáneas, que hace unos días resultó ganadora del Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo 2006.

Retrato de Nietzsche en joven furioso
Por: Rogelio Salazar de León

A continuación presentamos algunos fragmentos de la obra.

Schulpforte, otoño de 1858

Para mi Madre
Esta mañana he sentido que el amor a la correspondencia es una de las formas del amor a la escritura.
La oscuridad que produce la ignorancia y el desconocimiento es análoga a la oscuridad que produce la incomparecencia y la tristeza.
No hace mucho que estamos separados usted y yo, pero cada vez que puedo me doblo sobre mí mismo para ver la cicatriz que es mi ombligo y pensar que estar separado de usted es literalmente imposible, porque estoy marcado a fuego como su hijo.
Un lugar extraño significa vivir para medir la distancia, esto es cuanto puedo decirle de mis primeros días aquí.
Este paisaje y este clima no son muy distintos de los de Röcken bei Lützen, sin embargo usted no está presente, lo cual convierte esto en casi otro planeta; también faltan los suaves rumores de las aguas del Saale pasando por la orilla de Naumburg, lo cual no es tan grave como la falta del agua de sus ojos.
A veces me he descubierto tan triste que he pensado:
–este estado solo podría expresarse a través de la música–
Dígale a Lisbeth que no se encele, que ya le escribiré, ella también debería aplicarse en escribirme.
Lo que más ansío es una visita mía a ustedes o una de ustedes a mí.
Fritz

Schulpforte, Primavera 1862
Madre
Tomo la pluma para escribirle manchado y avergonzado.
Dónde se apoyará mi destino si la bajeza que soy capaz de alcanzar es tan honda: ¿en el arte?
Seguramente no,
¿en la religión?
Seguramente tampoco,
¿en la ciencia?
Seguramente menos,
¿en el delito?
Esto parece andar más cerca,
¿en el vicio?
Parece lo más probable.
Escribirle a usted tal vez sea la única expiación válida, aunque no solo usted sea la afectada por mi falta.
Quién como usted conoce el trayecto de mi vida, todos sus esfuerzos han tenido que multiplicarse debido a la prematura muerte de mi padre, la sombra que tan rápido cubrió nuestra casa ha pesado sobre usted con una enorme densidad, sus hombros han soportado el peso de una penumbra inconmensurable, desde luego que reconozco la realidad irrenunciable de cuanto ha gravitado sobre usted, desde luego que reconozco su fortaleza, pero a pesar de saberlo todo, hoy he actuado como si lo ignorase, como si lo hubiese olvidado.
Mi pena se agranda por algo que le decía unas líneas atrás, cuando me refería a que no solo usted es la afectada por mi falta, una falta se agrava en la medida en que afecta a mayor número de personas.
Al morir mi padre, usted, haciendo un sacrificio evidente se mudó con Lisbeth y conmigo a Naumburg, al lado de su suegra y mis tías; mi abuela, mis tres tías, usted y mi hermana, este ha sido el ambiente femenino que me ha rodeado; la muerte de mi padre significó quedar sumergido en un lago femenino
–al cortar el tronco principal el árbol se seca y los pájaros cantores abandonan sus ramas–
la casa quedó descabezada.
La falta de dirección de una inteligencia varonil es parte del peso que ha cargado su espalda, yo siento que lo ha sobrellevado bien, y es por eso mismo que mi pecado me duele más, y es por eso mismo que mi desagrado y mi tristeza me imponen pensar en su perdón.
Aunque las mujeres cercanas a mi vida han sido muchas, es ante usted, únicamente, ante quien debo inclinarme y doblar mis rodillas.
Sin importar la cercana y sagrada pascua que acabamos de pasar juntos, he pecado de una forma que me aterra.
El domingo pasado salí a dar un paseo vespertino por el campo, quise ir solo por lo que eludí la compañía de cualquier compañero; el clima era ya el de la primavera tibia y bien implantada; después de caminar unos minutos y tras un cerco de árboles verdes, que me ocultaban, pude ver que jugaban alegremente, con el pelo suelto y las faldas flojas, la esposa y la hija de uno de mis profesores, retozaban de tal modo que repetidamente pude ver la plenitud de sus piernas y cuerpos ágiles, mi reacción fue la de un animal salvaje que apenas logra contenerse; incluso más tarde, y a solas, llegué a desfogarme por mis propios medios.
Desde entonces siento que mi trabajo no avanza, aunque nadie lo sepa ni me hayan visto, me siento abandonado por el Ángel.
Mi alma ya no está intacta.
Fritz

Bonn, Invierno 1865
Para Paul Deussen
Conocerte, querido amigo, ha sido entender la amistad como complicidad; contigo yo he podido abrir algunas gavetas que, para mí, habían permanecido del todo cerradas.
La libertad del viajar juntos, yo lejos de casa por primera vez, la alegría de tu casa, la desenvoltura de tu familia, la emoción de las fiestas; todo esto ha sido nuevo para mí y lo he descubierto a tu lado, tú has sido el anuncio y el pórtico de muchas novedades para mi vida, ahora matizada de algunos colores que tu cercanía le ha impreso.
Parece tonto escribir una carta para un amigo que está cerca, de quien se tiene disposición y con quien se puede hablar; de hecho, me resulta más tonto si pienso que lo que te contaré en esta carta, ya te lo he contado, que ya hemos hablado de ello, pero esta charla me dejó un inexplicable deseo insatisfecho, una especie de sofoco y angustia; estos sentimientos son tan intensos que, sin importar que nuestra plática haya sido ayer, tomo el papel y la pluma para escribirte hoy, esto no puede esperar.
Me decido por la escritura, porque he creído adivinar que mi insatisfacción proviene de haber compartido este suceso a través de la levedad de la charla, de la palabra hablada; Sócrates no estaría de acuerdo conmigo, pero no veo por qué, él y yo, debemos estar de acuerdo en todo.
Diríase que nuestra edad es propicia para la charla, pero yo diría que es propicia para algunos tipos de charla, sobre todo para aquellas envueltas en la risa, la broma y el doble sentido; y fue esto lo que se dio ayer entre nosotros, y que me dejó tan inconforme y contrariado.
El suceso que te narré ayer y que volveré a narrarte hoy por escrito fue muy perturbador, pero no podría decir que fue desagradable; esta indecisión entre lo incómodo y lo atrayente fue quizá lo que permitió que me dejara llevar por la levedad y la risa durante la plática de ayer.
Mea Culpa fue no poder transmitirte en las palabras dichas la dimensión inquietante del acontecimiento, que espero poder transmitirte ahora, en el espacio de silencio envuelto entre la escritura y la lectura.
Como lo sabes bien, la ciudad de Köln me interesa mucho desde que la tengo cerca.
Un día deslumbrante de azul y luz, pero de frío intenso de este invierno, viajé sin compañía a aquella urbe con el propósito de conocer algo de ella, para lo cual contraté a un personaje que me pareció uno de sus obvios habitantes, aclimatado a su ritmo, a sus colores y a sus formas de hablar; debo decirte que era un personaje muy sencillo, una suerte de mozo de mercado, vestido con pantalones de un tono demasiado claro, flojos pero ajustados en los tobillos, su chaqueta parecía insuficiente para el frío que hacía y su gorra se veía como su mayor atrevimiento y su mayor coquetería.
Me llevó a conocer algunos lugares muy interesantes, sin hablar más que lo necesario y haciendo uso, por momentos, de una forma muy insinuante, muy seductora, sin que llegase a ser molesta.
A la hora de comer, él caminando por delante, me condujo a un lugar que no era un comedor, sino una especie de burdel, en donde lo perdí –me quedé sin poder pagarle lo que le debía– ¿es esta una deuda que debo considerar pendiente? allí me rodearon una media docena de figuras de mujer cubiertas a medias por ropas breves y traslúcidas, las gasas y los encajes predominaban; la confusión y el pudor me desviaron hacia un piano, en el que ejecuté algunos acordes compuestos de notas profundas y distantes entre sí, la respuesta que el piano me dio me reveló su alma abismal.
Al ir saliendo de aquel lugar tropecé con unos ojos verdes, como la aceituna, que no he podido olvidar.
F.

Bonn, Invierno 1865
Lejanísima Madre
No sé si debo considerarme loco cuando siento que me parezco a los hombres, o cuando me siento diferente a ellos.
No puedo continuar...

El mismo lugar, un día después
Madre
Ayer inicié un intento que no pude completar, y quién sabe si hoy será posible.
Mi propósito entonces y ahora es confesarle –esta palabra me molesta por estar cargada de cierto olor a incienso viejo– que he sido víctima de la tentación, que he caído víctima de la sensualidad y la lascivia.
Usted no tiene por qué seguir leyendo esto, por qué atender a un hijo que no la merece; siempre el mejor lugar para gente como yo y para mensajes como este ha sido la basura; aún está a tiempo, madre.
Durante esta misma estación, hace unos días conocí, sin buscarla, una casa de mala nota, un lugar como yo nunca había visto otro, obviamente, se trató de una casa que alberga a una legión de mujeres dispuestas a vender su carne y a ser depósito del desperdicio que a muchos sobra, los excesos que fluyen del peor lado de los hombres, de su más animal aspecto es arrojado a este sufriente pantano.
Fui conducido allí por un personaje enigmático que no sé si identificar con el griego Daimonoi o con el latín Angélus; no tenía alas en la espalda, pero tenía una voz que se filtraba en lugar de oírse, mensajero, intermediario, correo del diablo; nunca estuvimos frente a un árbol, pero me otorgó, de la forma más delicada, la jugosa fruta del bien y del mal; entidad ligera y ágil con quien anduve por la calles de la vieja y magnífica ciudad de Köln.
El capricho germánico, valiéndose de mil y un sofismas, ha querido demostrar que la carne y el cuerpo no existen, en un Eleatismo resfriado; y eso es lo que nos ha llevado a provincialismos, aislamientos y reclusiones impuestos sobre nosotros mismos, a ser un pueblo de penitentes pecadores, de mártires atormentados.
Esa es la condición en que me siento hoy, ese es el deplorable lugar que ocupo ahora, hijo de mi raza, heredero alucinado.
El verde aceitoso y brilloso de unos ojos, de los que no pude escapar, me atrajo, no sé decir si el poder magnético de este verde estaba en aquellos ojos o en mi animal esperanza de satisfacción, de placer y de lujuria; al verlos una vez debí volver a ellos para consumar un destino que ahora me avergüenza y me persigue.
Debo decir que todo sucedió a la manera de lo inexorable; debo reconocer que, aunque ella me persuadió de que estaba cargada de un veneno dulce pero terrible, decidí beberlo y agotarlo hasta la última gota, comí la manzana hasta su corazón sin ningún remilgo.
No puedo despedirme como Fritz, porque siento que, siéndolo, ya no lo soy.

En la Línea, Agosto 1870
A mi Madre
Unas pocas palabras:
El tren de aprovisionamiento que nos conduce, por Francia, viaja más sobre sus frenos que sobre sus ruedas, con gran lentitud.
Seguimos al ejército por los campos de batalla, cuerpos, despojos, carne molida; la desolación de los afanes deshechos es el olor que queda envuelto en vapores de pólvora.
Hospitales y dolor en una secuencia monótona, larga e ininterrumpida.
Tal vez esta sea la última carta que usted reciba de una tierra reducida a la prehistoria, sin correo, sin prensa, sin Dios.
Fritz.

Periódico Universidad No. 167. Pág. 2. Guatemala, miércoles 31 de enero de 2007.

Rogelio Salazar de León, Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo

«La Universidad de San Carlos ha sido, para mí, una oportunidad de ejercer la virtud de la lealtad»
Por: JL Perdomo Orellana

Egresa de la Fac. de Ciencias Jurídicas y Sociales y ahora imparte clases de Filosofía de la Ciencia y Lógica en la Fac. de Ingeniería.

¿Se trata de otro hecho literario en su hoja de vida?
Si los hechos literarios están revestidos de cierta dimensión insondable, debo decir que sí.

Hablando de hechos literarios, ¿no lo es en grado sumo el escribir una novela acerca de alguien que jamás supo ni dónde queda Guatemala?
Qué duda cabe, sobre todo si seguimos la huella de la noción de lo insondable; aunque debemos dejar algún lugar para la duda, porque hay que recordar que Nietzsche vivió y trabajó cuando Guatemala ya existía como un Estado independiente, si es que eso significa algo.

En las primeras páginas de su libro, aparece un "Editor Encargado" que clasifica a eruditos y expertos como "siempre dispuestos a cobrar facturas de gastos que otros han hecho". Además de incluir aquí a ciertos banqueros que en el subdesarrollo carrera hicieron, ¿cuáles otras rémoras merecerían ingresar en ese top ten?
Quizá lo único prudente sea responder que merecen ingresar aquí, además de los banqueros tercermundistas declarados plácidamente en quiebra, ciertos personajes decorados con maquillajes pasados de tono, con plumajes más pesados de los que es capaz de soportar su vitalidad y que, para más datos, se aficionan muy rápido a las alfombras rojas.

El mismo editor citado refiere que la historia de la literatura ha sido la historia de "... glorias inmerecidas y olvidos injustos". ¿Cuáles de estas glorias y olvidos son como para sentir vergüenza ajena durante por lo menos un par de siglos?
Si continúo tratando de ser prudente, lo cual no sé bien si es lo aconsejable, tal vez haya que mencionar que el tiempo es un juez al que resulta difícil engañar, que puede ser tolerante a veces y a ratos, por lo que han de ser más frecuentes las glorias in merecidas que los olvidos in justos; la relación entre Kafka y su amigo y albacea Max Brod puede ejemplificar este hecho, menciono esta amistad porque prefiero aludir algo que haga sentir esperanza que vergüenza; aunque si se in siste en esta última debe mencionarse que mucha vergüenza provoca la actual afición a la literatura entendida como negocio y el actual olvido de la literatura entendida como sigilo.

Si en 1858 "el amor a la correspondencia" era "una de las formas del amor a la escritura", ¿qué sería, en la recta final de la primera década del siglo XXI, el furor casi mundial por los e-mail?
Tal vez no debiera asumirse, en un sentido general, que en 1858 "el amor a la correspondencia" era "una de las formas del amor a la escritura", sino que debería asumirse, en todo caso, que así lo sentía el Nietzsche adolescente, y para ser más preciso el Nietzsche adolescente que yo traté de presentar.

Pero creo que esta situación no quita vigencia al sentido de la pregunta, y éste es un sentido que vale la pena encarar, porque nos lleva directamente a la pregunta de si hay valores estéticos fijos en la literatura, en otras palabras cabe preguntarse: el amor a la escritura que mi Nietzsche ficticio refiere, acaso ¿es algo que puede mantenerse en el tráfico cibernético de la correspondencia actual? En caso de que responda sí, esto podría ser llevado a la conclusión de que creo en los valores estéticos fijos; en caso de que responda no, esto podría ser llevado al rompimiento con el pasado y por lo tanto con los valores estéticos de entonces; ante tales riesgos ¿por qué no optar por una respuesta arriesgada y aventurada? Tanto el sí como el no pueden ser válidos y defendibles, y aunque esto parezca el arribo a una paradoja, no importa tanto, porque qué otra cosa es la literatura, sino paradoja.

¿Es "tonto escribir una carta a un amigo que está cerca", o sólo lo parece?
Sólo lo parece, y que sólo lo parezca es, precisamente, lo que intenta decir esta carta dirigida al amigo Deussen quien, en esta época, estaba cerca de Nietzsche, era su condiscípulo, su compañero de estudios. Lo importante de esta carta es la consideración de que la escritura a veces permite decir cosas que no permite lo hablado, así como a veces también puede ser al revés.

En 1866, se supone que F le escribió a Karl von Gersdorff: "el agradecimiento hacia la inundación bibliográfica nunca será suficiente". Ante los aludes bibliográficos actuales, ¿Escribiría F lo mismo hoy?
No sé, sólo me atrevo a decir que tendría mayor oportunidad de ejercer el espíritu selectivo, cosa que, por aparte, Nietzsche siempre parece haber hecho.

Volviendo a los hechos literarios, ¿qué le dice el haber obtenido un premio que lleva el nombre de otro sancarlista, también egresado de la Facultad de Ciencias jurídicas y Sociales de la USAC?
En primer lugar, que de no ser por Don Mario este premio no existiría primero en Guatemala y después en Centroamérica; y en segundo lugar que si algo redime al Derecho de sus pecados es que se expresa a través del lenguaje, quizá por eso ha habido tantos abogados que intentan escribir, lo cual, para redondear las cosas, bien puede entenderse como otro hecho insondable, ¿no es cierto?

Usted egresó de la Universidad de San Carlos y en la Universidad de San Carlos continúa, ahora como profesor. ¿Aún hay amores eternos?
Quizá eso sea mucho decir, pero sin duda la Universidad de San Carlos de Guatemala ha sido, para mí, una oportunidad de ejercer la virtud de la lealtad; también debo decir que sé y siento, lo que parece ser más importante, que la USAC me ha dado más a mí de lo que yo pueda darle.

Igual que Asturias, igual que Monteforte Toledo, Rogelio Salazar de León egresó de la Fac. de Derecho con el título de abogado y notario. Hoy, la noticia es que Salazar de León –profesor de Filosofía de la Ciencia y Lógica en la Fac. de Ingeniería y colaborador habitual del periódico UniversidaD– obtuvo el Premio Centroamericano de Novela Mario Monteforte Toledo, el cual le fue otorgado unánimemente por Marilyn Pennington, Raúl de la Horra y Raúl Figueroa Sarti. La otra noticia es que Legajo anudado (cartas para leer o apostar), la novela premiada, ha comenzado a ser solicitada ya por expertos en la obra de Nietzsche avecindados en Europa.

Reconocimiento. Guatemala, miércoles 07 de febrero de 2007.

Profesor Rogelio Salazar,
Premio Monteforte de novela

El licenciado Rogelio Salazar de León, docente de Filosofía de la Ciencia y Lógica, en el Área Social Humanística de la Facultad de Ingeniería, fue triunfador en el certamen de novela Mario Monteforte Toledo 2006, que se convoca anualmente en Centroamérica, con su obra Legajo anudado, cartas para leer o apostar, que constituye un intento por acercar temas filosóficos al lenguaje literario.

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