Mapa del sitio | Otros enlaces | Contáctenos

fygeditores.com < F&G Editores < Catálogo < Las Fugaces Horas < Comentarios

Contenido(s):

elPeriódico / Agenda. Pag. 20. Guatemala, jueves 20 de septiembre de 2007.

"Las Fugaces Horas"

Roberto Díaz Castillo presentará su libro Las fugases horas, participarán: Adolfo Méndez Vides y José Luis Perdomo. El sábado 22, a las 11:00 horas, en el Centro Mayor de Santo Tomás de Aquino (1a. avenida norte No. 23, la Antigua), entrada libre.

Prensa Libre / Weekend. Pág. 2. Guatemala, viernes 21 de septiembre de 2007.

Libro
Las Fugaces Horas

Roberto Díaz-Castillo recebirá mañana a las 11:00 horas, de F&G Editores, esta obra en la que como cita la contraportada: "las huellas de momentos inolvidables, dichosos o tristes, de copas vacías con los amigos, sediento de vino en La Rotonde de París o con hambre por un "bistec a lo pobre" en Santiago de Chile". En el Centro Cultural del Colegio Mayor de Santo Tomás de Aquino, 1a. Avenida Norte # 23, La Antigua Guatemala.

elPeriódico / Cultura y más. Pag. 22. Guatemala, sábado 22 de septiembre de 2007.

 

 

El escritor Roberto Díaz Castillo presenta hoy su más reciente libro, una colección de textos provenientes de sus propias experiencias, titulado "Las fugaces horas".

Temas de interés: Cultura
Coleccionista de memorias
Por: Mónica Luengas R.

Bajo el título Las fugaces horas, Roberto Díaz Castillo recolecta algunas de sus impresiones y memorias sobre diferentes aspectos de su vida, en Guatemala y en otras partes del mundo. Un libro de textos cortos, divididos en cuatro partes, que hablan de libros, de autores, de pintores, de impresiones y de la vida de este escritor guatemalteco.

Díaz es ensayista, investigador, político y editor pero, sobre todo, un testigo de la historia de Guatemala y de su vida cultural de buena parte del siglo XX y de lo que lleva el siglo XXI. Graduado como historiador en la Universidad de San Carlos de Guatemala, fue el presidente de la Asociación de Estudiantes Universitarios cuando cayó el Gobierno de Jacobo Arbenz, salió exiliado a Chile, regresó y en los años ochenta, luego de que asesinaran a uno de sus hijos, se fue de nuevo. Primero a México a trabajar en una editorial con Tito Monterroso y luego a Nicaragua donde fundó, de la mano de Sergio Ramírez, la famosa editorial Nueva Nicaragua, de la que fue director durante 13 años.

El Piqui, como lo llaman sus amigos, fundó y dirigió publicaciones como Arte y literatura, Lanzas y letras, Estudios, Alero, Cuadernos universitarios, Tradiciones de Guatemala y La tradición popular. También ha impartido cursos y colaborado con trabajos científicos y literarios en revistas y suplementos culturales del continente. Entre sus publicaciones se encuentran: Folclor y artes populares, La reforma universitaria de Córdoba, Cultura popular y lucha de clases, Luis Cardoza y Aragón, ciudadano de la Vía Láctea, Las redes de la memoria y Para no saber de olvido. Actualmente es el director del Centro Cultural del Colegio Mayor de Santo Tomás de Aquino, que hace parte de la Extensión Universitaria de la Usac.

En la siguiente entrevista, Díaz nos cuenta un poco sobre Las fugaces horas.
¿Cómo se gesta este libro?
– Un autor escribe fundamentalmente para sí mismo, no piensa en el público, por lo menos así es en mi caso. Es un libro de pequeñas crónicas, de remembranzas, de semblanzas de diferentes personas, lugares, museos, de ciertas circunstancias que me han sucedido dentro y fuera de Guatemala. Como diría Ortega y Gasset, “el hombre y su circunstancia”, eso es lo que yo hago voy dejando un testimonio.

Son textos de cierta manera atemporales, ¿desde hace cuánto los está trabajando?
– Son textos que fui haciendo sin ningún orden temporal, no me propuse escribir un volumen en sí. Son textos que vengo trabajando desde hace más o menos unos dos años.

Aunque estos escritos son prosa tienen un fuerte contenido poético.
–Soy un admirador de la prosa poética, lírica. Por eso cito a muchos de los autores que leí durante mis mocedades, que dejaron huella y que de alguna manera son mis maestros. Esta es mi manera de escribir, son textos breves, que no son narrativa, en cuanto a que no son ni cuento ni novela.

Sus textos son prácticamente un reflejo del entorno cultural de Guatemala, usted nombra a escritores, pintores y obras con nombre propio.
– Las lecturas de ayer y de hoy sugieren estos textos, mucho de lo que está ahí o de quienes están ahí están dentro de mi ámbito cotidiano. Cuando me refiero a la pintura o a algún libro, la idea es dejar testimonio de lo que fue mi observación de las obras, yo no soy un crítico de arte o literario, ni pretendo serlo, es simplemente mi humilde percepción. Algunos de mis libros anteriores, como Redes de la memoria, Luis Cardoza y Aragón, ciudadano de la Vía Láctea o Para no saber de olvido tienen textos y temas similares.

Diario La Hora / Cultura, farándula & más. Pág. 18. Guatemala, sábado 22 de septiembre de 2007.

 

Presentan libro
LAS FUGACES HORAS. A LOMO DE LETRA IMPRESA
DE ROBERTO DÍAZ CASTILLO

Por: Mario Cordero

Hoy se presentó en la Sala Quiroa, en el Colegio Mayor Santo Tomás de Aquino, en La Antigua Guatemala, el libro "Las fugaces horas. A lomo de letra impresa" del escritor guatemalteco Roberto Díaz Castillo.

La actividad fue organizada por F G Editores, casa que publicó el libro. Participaron el autor y los también escritores guatemaltecos Adolfo Méndez Vides y José Luis Perdomo con sus comentarios.

Según escribe Méndez Vides en la solapa del libro: "Las Fugaces Horas contiene las reflexiones breves de un marinero chapín de florete húngaro, escritor que tras una vida cosmopolita y audaz relee en las líneas de sus manos las huellas de momentos inolvidables, dichosos o tristes, de copas vacías con los amigos, sediento de vino en La Rotonde de París o con hambre por un "bistec a lo pobre" en Santiago de Chile. De fondo nos llega la música nostálgica de la marimba o una cueca alternando con Haydn y Mozart".

El libro está compuesto de varios textos pequeños, que rondan entre el género del diario íntimo, la narrativa, el ensayo y los aforismo, lo que lo acerca a una tendencia parecida a la de Augusto Monterroso en "La letra e" o "Movimiento perpetuo".

Reflexión
El Partido Republicano de los Estados Unidos perdió hoy las elecciones parlamentarias. En ambas cámaras dominará el Partido Demócrata. Los temas que gravitaron en la contienda preocupan a la opinión mundial: Irak, Irán, Afganistán, Siria, Líbano, Palestina, Israel, Corea del Norte. Y América Latina. Aquí, unido, se alza el Sur.
No es dable entusiasmarme con lo ocurrido, mas, sí, esperar que algo cambie.
El pesimismo de la razón —diría Gramsci— cederá al optimismo de la voluntad.
Roberto Díaz Castillo

Biografía
Roberto Díaz Castillo nació en Guatemala, en 1931. Ensayista, investigador, político, editor. Fundó y dirigió publicaciones como Arte y literatura, Lanzas y letras, Estudios, Alero, Cuadernos universitarios, Tradiciones de Guatemala, La tradición popular. Licenciado en Historia por la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Cofundador del Centro de Estudios Folklóricos. Ha impartido cursos en diversos países de América Latina y el Caribe. Colabora con trabajos científicos y literarios en revistas y suplementos culturales del continente. Fue director de la Editorial Nueva Nicaragua durante trece años.
Algunos de sus libros: Folklore y artes populares, La reforma universitaria de Córdoba, Cultura popular y lucha de clases, Luis Cardoza y Aragón, Ciudadano de la Vía Láctea, Las redes de la memoria, Para no saber de olvido (prosas).


FICHA TÉCNICA
Díaz Castillo, Roberto. "Las Fugaces Horas. A lomo de letra impresa". Guatemala: F G Editores, 2007. 190 págs. Q.80.00.

elPeriódico / Cultura. Pag. 20. Guatemala, martes 25 de septiembre de 2007.

laColumna: Viaje al centro de los libros
Las Fugaces Horas

Por: Méndez Vides

Las fugaces horas, libro más reciente de Roberto Díaz Castillo, es un modelo de crónica memoriosa, con aforismos, comentario de lecturas, opinión sobre arte, música, danza y reflexión sobre el discurrir del tiempo en una vida de viajes, encuentros y desencuentros, exilio y retorno, y construcción del sueño revolucionario. Todo en el libro es armonía, y nos hace pensar porque “he viajado por muchas casas como si fueran países”, o “viendo mis manos pienso en la memoria que guarda su tacto”, o “¿cuántas horas caben en mis ya largas décadas de vida?”. A Guatemala la califica desde la memoria del exilio como un destino “celeste e infernal” y, luego, con profundo nacionalismo y de manera muy original resalta el prodigio del lago de Atitlán, irrepetible y solo posible de captar gracias a la contemplación: “Sus aguas, sus montañas, sus volcanes cambian súbitamente de tonalidades. Suaves a veces, a ratos vigorosas. Ni la fotografía, ni el cine, ni la pintura son capaces de reproducir este prodigio”.

Su escritura es minuciosa, de autor que no se desprende del hábito del lápiz con punta, tachaduras y borrones, porque tiene la paciencia de velar porque no sobre ni falte coma alguna. Pienso que Roberto Díaz Castillo es nuestro Remy de Gourmont, devoto de las ediciones, editor de revistas, escritor de apuntes, ensayos y aforismos. El intelectual francés está siendo redescubierto y valorizado tras un siglo de olvido, y a Roberto lo tenemos a la mano. En sus crónicas de la memoria nos comparte la satisfacción de haber dirigido revistas como Lanzas y Letras o Alero, tan relevantes para nuestro país. Y en el campo editorial fue invaluable su acción al frente de la Editorial Nueva Nicaragua. ¿Cuándo va a emprender Guatemala una empresa de tal envergadura?

Dos atributos se perciben de manera constante a lo largo de sus crónicas y reflexiones, la satisfacción por su uniformidad política, porque “si fui incendiario a los veinte, no soy bombero a los setenta”, y la devoción por el buen gusto, el aprecio de lo bello, el disfrute placentero de las artes.

Sus crónicas están llenas de viajes, ausencias y citas inconclusas. Nos lleva de la mano por Chile, en un retorno al exilio pero al revés, como quien vuelve a su casa y busca en El Palacio de la Moneda la presencia de Salvador Allende, reconstruyendo el día histórico de su sacrificio. Hace también un recorrido sentimental por Europa, y dedica tiempo a sus amigos artistas, a su generación, músicos y escritores, mientras nos deleita con su conversación en prosa clara y entretenida. Demos la bienvenida a Las fugaces horas, y bebamos su grato contenido sorbo a sorbo, como se lo merece la obra y su autor.

Revista D / Prensa Libre. Pág. D-29. Guatemala, domingo 21 de octubre de 2007.

Recorrido por la memoria

Nuestra recomendación

Las Fugaces Horas contiene las reflexiones breves de un marinero chapín de florete húngaro, escritor que, tras una vida cosmopolita y audaz, relee en las líneas de sus manos las huellas de momentos inolvidables, dichosos o tristes; de copas vacías con los amigos, sediento de vino en La Rotonde de París o con hambre por un "bistec a lo pobre" en Santiago de Chile. De fondo nos llega la música nostálgica de la marimba o una cueca que alterna con Haydn y Mozart.

Roberto Díaz Castillo nos deslumbra con su experiencia y buen gusto, porque su prosa es nítida, clara y conmovedora. A manera de diario elabora su crónica de las horas, reflexionando sobre la vida, las limitaciones de los sentidos, el paisaje y extrae de la manga como hábil prestidigitador sus lecturas predilectas, para aproximarnos a Cernuda y Unamuno, a las crónicas de Pierre Loti y Gómez Carrillo junto al refinamiento del bohemio inglés por excelencia, Oscar Wilde. Es también la memoria de lo efímero tras el redescubrimiento del Sur y Europa, y una declaración de satisfacción con el amor reposado que lo acompaña, el de la mujer que sobrevuela la mesa en El Jilguero antigüeño, como ángel de Chagall ante el Volcán de Agua.

Esta obra posee el mismo prodigio que el autor atribuye al lago de Atitlán, está llena de matices sutiles e irreproducibles que sólo se perciben durante el ejercicio de su contemplación o lectura. (De contraportada, texto de Adolfo Méndez Vides).

Las fugaces horas. A lomo de letra Impresa. Roberto Díaz Castillo. 188 páginas. F& G Editores.

Prensa Libre / Revista Amiga. Pág. 77. Guatemala, noviembre de 2007.

Las fugaces horas

De la pluma de Roberto Díaz Castillo se conocen las reflexiones breves de un marinero chapín quien tras una vida cosmopolita y audaz lee en las líneas de sus manos las huellas de momentos inolvidables, dichosos o tristes, de copas vacías con los amigos en La Rotonde de París o con hambre en Santiago de Chile. Fascinante lectura de uno de los mejores intelectuales del momento. (F&G Editores, 2007, 190 págs.). F&G EDITORES

Diario La Hora / Cultura. Pág. 21. Guatemala, miercoles 26 de diciembre de 2007.

 

El cura y el peluquero*
Las fugaces horas de Roberto Díaz Castillo

Por: Mario Cordero

La producción de libros guatemaltecos en este año tuvo un saludable auge, logrando publicarse varias obras de primera edición y algunas reediciones. Entre ellas, "Las fugaces horas. A lomo de letra impresa" de Roberto Díaz Castillo es uno de los ejemplos.

Este libro se sale de los cánones de la literatura guatemalteca, pues han sido pocos los ejemplos que obras que se han catalogado como "diario". Eso es, "Las horas fugaces" es una especie de diario, sólo que, al parecer, no fueron textos escritos día a día, sino que son las memorias de su vida.

El autor se sienta en su escritorio para recordar, otorgándole mayor énfasis a la pintura y la literatura. En estos dos sentidos, en que es un diario y en el arte, se parece a "La letra e", de Augusto Monterroso, que no publicó un diario, sino "fragmentos de un diario".

Los textos de Díaz Castillo son cortos, agradables; escritos de una forma simple y sencilla, tal como funciona la memoria. Pese a que los diferentes artículos demuestran que el autor conoce mucho de arte y de literatura, no se esfuerza con aburrir al lector con términos altisonantes.

"Las fugaces horas", a mi entender, posee tres grandes temas. El primero, como ya se mencionó, es el recuerdo. Roberto Díaz Castillo es un marinero de varios puertos, que ha vagado por el mundo, muchas veces forzado por el exilio político. Toda esta experiencia de vida hace que el autor logre relatos o memorias interesantes, sobre su visión del mundo pasado, lo cual nos puede ayudar a configura cómo fue la segunda mitad del siglo XX en Latinoamérica.

Hay una cosa más que hacen de este un libro agradable: Roberto Díaz Castillo ama las cosas que recuerda. No hay rencores, no hay viejos odios y no hay deseos de venganza en estas páginas.

El segundo gran tema, y que sobresale del subtítulo del libro "A lomo de letra impresa", es la idea central de una generación a la cual pertenece el autor. Digamos que debemos situar a Roberto Díaz Castillo en la generación inmediata anterior, es decir, a los escritores nacidos en la primera mitad del siglo XX, pero cuya actividad literaria se desarrolló hasta la segunda de la centuria.

Esta generación, que debe ubicarse literariamente entre 1960-1990, sufrió el cierre de espacios en una Guatemala de conflicto armado. Las posibilidades de publicar se limitaban a revistas cuasi clandestinas o a ediciones personales de poco tiraje.

El texto que principalmente se refiere a esto, se llama, precisamente, "A lomo de letra impresa" (página 171), en donde relata el periplo del autor en diferentes publicaciones.

La generación de Díaz Castillo fue la que logró la apertura de la industria editorial en Guatemala, hecho que no fue completamente posible hasta después de la apertura democrática de 1986.

La insistencia de esta generación ha hecho, en gran medida, que actualmente se pueda publicar. Díaz Castillo y compañía dieron culto especial al libro y a la letra impresa (pues, también las revistas y los periódicos fueron importantes).

En torno a la idea de publicar, esta generación tuvo empuje, por lo que me parece adecuado que el autor ahora rememore este sentimiento. "Tengo en mente a mi generación. Inclaudicable generación enamorada de la letra impresa" (página 177)

En contraposición, actualmente las nuevas generaciones han encontrado otras opciones para dar a conocer sus textos, como los blogs y otros recursos de Internet, y las lecturas de poesía, por ejemplo.

Estos dos temas: el recuerdo y el impulso de la publicación, hacen merecer la lectura este tributo generacional de Díaz Castillo, además de convertirse en una referencia histórica, pues por sus páginas pasan fechas, datos, nombres, hitos..., que configuran toda una época.

El tercer tema que surge en "Las fugaces horas" es el de la crítica literaria y de arte. A pesar de que los textos de este libro tocan el arte y la literatura, no son, precisamente, críticas, sino más bien recuerdos sobre artistas y obras.

Sin embargo, Díaz Castillo, al parecer, se muestra en contra de la crítica de arte y de literatura. En su texto "De la crítica y los críticos" (página 123) inicia una "antología" de frases de artistas célebres sobre la crítica, la cual es vista en forma peyorativa: "El gran error de la crítica es creer que puede ser útil"; "Crítico: persona sin piernas que enseña a correr a los demás", etc.

Esta idea también es característica de la generación de Díaz Castillo: desdeñar la crítica literaria; esto, esencialmente, porque la crítica literaria en Guatemala ha sido predominantemente de "amiguismos"; el crítico alaba a sus amigos y ataca a sus enemigos, sin importar si el libro es bueno o malo.

Actualmente, la nueva crítica tiende a valorar el libro, sin importar las relaciones personales con el autor. Además, se considera que la crítica es necesaria para la mejora del arte y la literatura, y no como una forma de "impulsar" las ventas de un libro, o "bloquear" el éxito de un artista.

Como siempre, cualquier publicación es una fiesta para la literatura, y este, como la mayoría de libros publicados por guatemaltecos, merece la pena leerlo.

* Don Quijote de la Mancha, primera parte, capítulo 6.

Prensa Libre / Revelaciones. Pág. 45. Guatemala, viernes 4 de enero de 2008.

"Las Fugaces Horas"
Por: Margarita Carrera

Nuevamente Roberto Díaz Castillo nos sorprende con otra excelente obra: Las Fugaces Horas. A lomo de letra impresa, exquisitamente publicado por F&G editores.

Hago mías las palabras de Méndez Vides porque me parecen justas: “Roberto Díaz Castillo nos deslumbra con su experiencia y buen gusto, porque su prosa es nítida, clara y conmovedora. A manera de diario elabora su crónica de las horas, reflexiones sobre la vida, las limitaciones de los sentidos, el paisaje y extrae de la manga como hábil prestidigitador sus lecturas predilectas (…)”.

Castillo ha leído con devoción las Confesiones de un pequeño filósofo de ese notable escritor español de la Generación del 98: Azorín, y decide imitarlo, pintando las propias vivencias, los paisajes y lugares frecuentados en su juventud, las lecturas más amadas. Una aproximación a sí mismo y entrega ferviente de cuanto es, piensa y, sobre todo, siente. También se llama a sí mismo —y con razón— “pequeño filósofo”. Y poeta, porque lo es por su prosa ejemplar, ordenadamente impecable, como todo cuanto toca y rodea. Cada palabra en su sitio, cada sustantivo, cada adjetivo, cada verbo. La medida exacta de cada frase. El paisaje interno que ilumina cuanto ve y cuanto vive en el recuerdo, en la añoranza.

Leamos esta joya que dice haber escrito en una libreta: “Conmovido en las casas de Neruda, supe que los objetos congregados en la mía, son poemas que jamás escribí”. Pero que ahora lo hace convencido de que “los órganos sensoriales son ventanas por las que miramos el mundo”. Que es su mundo, que es la persona que lo ama y acompaña, que son los recuerdos de las cosas, de los diversos lugares por los que ha deambulado, que son los libros, los autores predilectos, los artistas que lo hacen vibrar una y otra vez.

Leamos cómo logra describirnos Atitlán: “Sus aguas, sus montañas, sus volcanes cambian súbitamente de tonalidades. Suaves a veces, a ratos vigorosas. Ni la fotografía, ni el cine, ni la pintura son capaces de reproducir este prodigio. La realidad impone su certeza. En silencio les da a entender que no, que no es posible.” ¿Y qué hay del amor? “Confluían nuestros destinos forjando uno solo. Con el mismo esmero dedicado al jardín del hogar en ciernes, abonamos día a día esto que sin vacilar llamamos amor.” Un escritor clásico, en el riguroso sentido de la palabra. Ninguna palabra de más, ningún adorno limitante. Desnuda, la palabra desnuda, como la quería Juan Ramón Jiménez. Su prosa, poesía que no ha necesidad del verso. Oigamos la descripción de sus manos: “Un mapa. Ríos y venas. Van hacia el ya cercano mar de la soledad infinita. Viendo mis manos pienso en la memoria que guarda su tacto”. Bello y perfecto, sencillo y profundo. Lo suyo son poemas, estampas que alimentan la codiciada la poesía.

¿Y qué decir del tiempo, de “su” tiempo? “Ver hacia atrás es medir el tiempo. Lo mido por sus nudos, como los viejos navegantes. Por nudos de recuerdos. Mi futuro: luz crepuscular.” Pulcro: en cuanto hace, en cuanto dice, en cuanto toca. De una pulcritud que se impone. Uno se ve a sí mismo con manchas, toses, tropiezos. Uno añoraría esa pulcritud de Díaz Castillo. Pero es algo que lo define, que lo identifica. Y cuando esa pulcritud se vuelve palabra nos deja atónitos. Bien podría ser uno de esos gigantes de la Generación del 98, como Azorín o Machado, o el mismo Juan Ramón y su delicada alma traslúcida.

Diario La Hora / Suplemento Cultural. Pág. 2. Guatemala, sábado 16 de febrero de 2008.

 

Agenda cultural
LIBROS

El miercolés 20 en las 18:30 horas, en Librería Sohos, se presentará el libro "Las Fugases Horas", de Roberto Díaz Castillo, con Margarita Carrera, Francisco Morales Santos y Raúl de la Horra.

elPeriódico / elacordeón / SOPHOS. Agenda. Pag. 8. Guatemala, domingo 17 de febrero de 2008.

Las fugaces horas de Roberto Díaz Castillo
Presentación de libro

A decir de Méndez Vides: "Las Fugaces Horas contiene las reflexiones breves de un marinero chapín de florete húngaro, escritor que tras una vida cosmopolita y audaz relee en las líneas de sus manos las huellas de momentos inolvidables, dichosos o tristes. De fondo nos llega la música nostálgica de la marimba o una cueca alternando con Haydn y Mozart". Acompañenos a la presentación de este libro.

Miércoles 20, febrero 6:30

elPeriódico / Cultura. Pag. 22. Guatemala, miércoles 20 de febrero de 2008.

Presentacion del libro Las fugaces horas A lomo de letra impresa, de Roberto Díaz Castillo, quien conversará con Fransico Morales Santos, Margarita Carrera y Raúl de La Horra. A las 18:30 horas, en Sophos (avenida de La Reforma y 14 calle esquina, zona 10).

Diario de Centroamerica / Cultura y Farándula. Pág. 13. Guatemala, miércoles 20 de febrero de 2008.

Presentan obra de Roberto Díaz Castillo

Libros...

La librería Sophos y F&G editores, invitan a la presentación del libro: "Las fugases horas a lomo de letra impresa", del escritor Roberto Díaz Castillo, con la participación de Margarita Carrera, Francisco Morales Santos, Raúl de la Horra y Roberto Díaz Castillo.

DE CONTRAPORTADA ADOLFO MÉNDEZ VIDES, NOS DICE DE LA OBRA

"Las Fugaces Horas" contiene las reflexiones breves de un marinero chapín de florete húngaro, escritor que tras una vida cosmopolita y audaz relee en las líneas de sus manos las huellas de momentos inolvidables, dichosos o tristes, de copas vacías con los amigos, sediento de vino en La Rotonde de París o con hambre por un “bistec a lo pobre” en Santiago de Chile. De fondo nos llega la música nostálgica de la marimba o una cueca alternando con Haydn y Mozart.

Roberto Díaz Castillo nos deslumbra con su experiencia y buen gusto, porque su prosa es nítida, clara y conmovedora. A manera de diario elabora su crónica de las horas, reflexionando sobre la vida, las limitaciones de los sentidos, el paisaje y extrae de la manga como hábil prestidigitador sus lecturas predilectas, para aproximarnos a Cernuda y Unamuno, a las crónicas de Pierre Loti y Gómez Carrillo junto al refinamiento del bohemio inglés por excelencia, Oscar Wilde.

Es también la memoria de lo efímero tras el redescubrimiento del Sur y Europa, y una declaración de satisfacción con el amor reposado que lo acompaña, el de la mujer que sobrevuela la mesa en El Jilguero antigüeño, como ángel de Chagall ante el Volcán de Agua.

Esta obra posee el mismo prodigio que el autor atribuye al lago de Atitlán, está llena de matices sutiles e irreproducibles que sólo se perciben durante el ejercicio de su contemplación o lectura.

"Las Fugaces Horas"
Fecha: Miércoles 20 de febrero de 2008.
Hora: 18:30.
Lugar: Sophos (Avenida Reforma 13-89 zona 10 Local 1 Centro Comercial El Portal
Entrada libre.

criticasmagazine. Jueves 1 de mayo de 2008.

Las fugaces horas. A lomo de letra impresa. (The Fleeting Hours: On the Back of the Printed Word)
Reviewed by Liliana Wendorff, Univ. of North Carolina at Pembroke -- Críticas, 5/1/2008

Díaz Castillo, Roberto. Guatemala : F&G. 2007. 177p. biblio. ISBN 978-99922-61-65-1. pap. $16. MEMOIR

Guatemalan author Roberto Díaz Castillo makes a beautiful contribution to Central American letters with this collection of reflections on a life rich in literature, friendship, and art. Currently director of a cultural center in Antigua, Díaz Castillo has held academic and editorial posts and was director of the Editorial Nueva Nicaragua, an important publishing house during the 1980s. The book consists of brief meditations and memories ­some only a paragraph long and others a couple of pages. They are organized loosely in three sections: on literature and friendships, on art, and on travels. His memories are drawn from a life spanning decades of hopes and disappointments in Latin America. Shaped by exiles and travels, his is a uniquely Central American voice: metropolitan and cultured, tied to the rhythms of life of the isthmus, and anchored in the experiences of his generation. A welcome addition to literature from the isthmus, the book is erudite but not esoteric; shaped by politics, but not strident or overtly political. Imminently readable, the book invites readers to know the world Díaz Castillo has loved. Recommended for larger bookstores and for public and university libraries.

Contenido(s):

F&G Editores | F&G Libros de Guatemala | Guatemala Memoria del Silencio | Editorial Nueva Sociedad

Mapa del sitio | Otros enlaces | Contáctenos

Copyright © 2000 F&G Editores. Todos los derechos reservados.