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Siglo 21 / Magacín. Pág. 4. Guatemala, domingo 27 de marzo de 2011.

 

Julio Serrano Echeverría reseña un libro que recoge las ideas-conceptos que han ido construyendo nuestra historia.

El lenguaje de los ismos
Por: Julio Serrano Echeverría | I. Alejandro Azuridia

La coyuntura política actual es un excelente motivo para reflexionar sobre ciertos temas, pequeños detalles que en realidad ni son tan pequeños ni están tan en detalle. Pensemos por ejemplo en los recientes casos de Egipto y Libia, escuchamos palabras como revolución, democracia, dictadura, libertad, pero, y ¿qué significa revolución, democracia, dictadura o libertad en el contexto del Medio Oriente? ¿Podemos comparar nuestros procesos políticos con esos que vemos subtitulados en CNN? Se me ocurre traer la discusión a nuestro contexto y pensar que en este período electoral en el cual el pueblo ejerce su soberanía en un proceso democrático, vale detenerse y preguntarse ¿qué es el pueblo, qué es la soberanía y qué es democracia en este momento histórico?

El lenguaje de los ismos aborda, en una compilación de ensayos de diversos autores, distintas palabras y conceptos a lo largo de varios momentos históricos, que pueden hacer referencia a la evolución desde el sentido de la palabra pueblo en el medioevo, hasta la evolución del término racismo en el presente guatemalteco. El libro puede leerse, tal como comenta una de sus autoras, Patricia Arroyo Calderón, desde “la creciente preocupación por el lenguaje como vehículo a partir del cual se construyen los imaginarios colectivos, las representaciones de las identidades, y sobre el que se cimentan las prácticas sociales e institucionales”.

El libro es un valioso recorrido por el uso y evolución de términos sociopolíticos, revisa a la región centroamericana y su relación histórico-política con Norte y Sudamérica). Estructurado en tres secciones, el libro parte de los Ismos del siglo XIX, apartado que incluye seis puntos de vista acerca del proceso de construcción de naciones en el contexto de las independencias, la crisis conservadora, el auge de las ideas positivistas y la consolidación del liberalismo a las puertas del siglo XX. De esta sección destaco el texto Liberalismo, catolicismo y romanticismo: La construcción discursiva de la identidad femenina en América Central (1880-1992), de Arroyo Calderón, quien amplía las referencias para el debate feminista en la región.

La segunda parte del libro Los ismos de principios del siglo XX plantea desde cinco visiones el cambio a ese siglo que incluyó la transición del liberalismo al unionismo, pasando por la formación de los partidos comunistas y el antecedente de la izquierda en la región. Destaca el texto Espiritualismo, vitalismo y teosofía en el pensamiento de una red de intelectuales de 1920, de Regina Fuentes Oliva. Finalmente la tercera parte Los ismos de la segunda mitad del siglo XX, revisa en tres ensayos varias de las ideas y conceptos que son el centro de nuestras discusiones presentes, en particular las que pesan sobre raza y racismo (apuntes de la coordinadora de la publicación, Marta Elena Casaús Arzú) y multiculturalismo, interculturalidad y pluralismo (de Rolando Castillo Quintana).

Este libro resulta fundamental para entender el momento político social que vivimos. De las muchas formas que tenemos para escribir nuestra historia, escribir sobre las ideas-conceptos que nos han ido construyendo es también hablar de nuestra esencia, la forma en que hemos ido entendiéndonos y las palabras que han ido definiendo nuestras luchas, contradicciones y conflictos. Aquella frase de Fito Páez de “yo ya no pertenezco a ningún ismo” quedaría, después de este libro, como “pertenezco de algún modo a todos los ismos”.

*Marta Elena Casaús Arzú es socióloga y politóloga guatemalteca. Doctora en Ciencias Políticas y Sociología. Profesora titular de Historia de América en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha publicado, entre otros libros, Guatemala: linaje y racismo (3a edición, 2008), Historia intelectual de Guatemala, La metamorfosis del racismo en Guatemala (2002), coautora de Las redes intelectuales centroamericanas: un siglo de imaginarios nacionales (2005).

Diario de Centro América / La Revista. Págs. 1, 4-5. Guatemala, viernes 25 de febrero de 2011.

 

Lo que hay que analizar en estos momentos son las nuevas caras del racismo, la invisibilización del racismo por parte de los medios, renegociar una historia que no sea racista, revisar los libros de texto...









"Cuando un estado racial se consolida como un estado autoritario, con las dictaduras, ese estado racial se va convirtiendo en un estado racista porque excluye al indígena y le da una ciudadanía de segunda..."

"Somos el único país de América Latina en que una guerra termina con un genocidio"
Por: Nora Martínez / DCA /

Es profesora titular de Historia de América en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido investigadora principal en múltiples proyectos relacionados con el desarrollo intelectual centroamericano. Ha sido investigadora principal en múltiples proyectos relacionado con el desarrollo intelectual centroamericano. Como historiadora ha dedicado décadas a diseccionar el problema del racismo. Entre sus publicaciones están, entre otras, Las redes intelectuales centroamericanas: un siglo de imaginarios nacionales (1820-1920), Guatemala: linaje y racismo y Genocidio ¿la máxima expresión del racismo en Guatemala?

Con motivo de la publicación El lenguaje de los ismos (F&G Editores, 2011), explica en esta entrevista cómo muchas de las construcciones ideológicas que han atravesados los movimientos intelectuales desde el siglo XIX han sido utilizadas para fundamentar prácticas racistas

¿Cómo surge la inquietud de abordar esas corrientes de pensamiento que denominan los ismos?
En Linaje y Racismo tratamos un problema candente, real con una fuerte connotación ideológica como es el racismo. A partir de esa realidad tan brutal o lacerante, decidimos ver cuál es el trasfondo histórico, las motivaciones, los imaginarios racialistas que habían tenido nuestros antepasados para asumir un planteamiento tan excluyente. Allí fue cuando nos metimos a estudiar las redes intelectuales, porque pensábamos que no podía haber un racismo tan manifiesto si previamente no había habido un pensamiento de las elites intelectuales racialistas. Por eso indagamos en los imaginarios nacionales de Centro América para buscar las bases, los fundamentos del racismo. Lo que descubrimos fueron redes intelectuales positivistas, racialistas, pero también espiritualistas, socialistas fabianas, anarquistas que nos llamaron mucho la atención. Sin embargo, se nos quedaron fuera algunos conceptos que parecían funcionar como los ejes vertebradores de todo el pensamiento político social centroamericano. Estos conceptos se repetían, eran recurrentes en todos los debates de distinta naturaleza, tanto los espiritualistas como los teósofos, los positivistas, los liberales, incluso los marxistas. Los conceptos básicos eran patria, nación, degeneración, raza y casi todos tenían un factor movilizador. Se estaba a favor o en contra. Nos dimos cuenta que estos conceptos habían vertebrado todo el siglo XIX y XX y que era muy importante ver cómo habían evolucionado.

¿Qué determina que esté tan enraizado el racismo en Guatemala?
En países pluriétnicos, multilingües y multiculturales, el racismo se visibiliza más, eso es un hecho. Bolivia, Perú, Ecuador, Guatemala tienen similares características demográficas y todos tienen entre 50 y 60 por ciento de su población indígena, lo cual ya marca una existencia de discriminación de un grupo contra otro. En segundo lugar, en algunos países donde las poblaciones indígenas eran mayoritarias, se dio un proyecto de mestizaje, un intento de hibridar lo indígena con lo español y convertir el mestizaje en construcción de identidad nacional. Es decir, al tratar de construir una nación homogénea, se pensó que una forma de incluir o incorporar al otro era ladinizándolo o mestizándolo o haciendo que el mestizo fuera el elemento de construcción de identidad nacional. México y mestizo es igual a mexicano. Esa poscultura ayuda mucho a eliminar los efectos del racismo. En Brasil, africano o afrobrasileño o mulato es igual a identidad de Brasil: el mulato recuperó una parte de su reconocimiento. En otros países fue menor el racismo pero hubo revolución agraria. En Bolivia, a través de la revolución agraria, se posibilitó incorporar a los indígenas como clase campesina. Aunque no se dio una visibilización como grupo étnico, sí se dio una visibilización como clase campesina. Igual fue en Ecuador, en Perú.

En Guatemala no se dio nada de esto. No se hizo reconocimiento del mestizaje, la reforma agraria fracasó y, sobre todo, las elites intelectuales que más influyeron tenían un imaginario profundamente racista. Es decir, no había solo que mejorar la raza, sino que había que exterminar al indio. En lugar del mestizaje mexicano, que hubiéramos podido tomar, tomamos el modelo argentino. En Argentina los indígenas representaban el 3% de la población. Esa mentalidad de exterminar a los indígenas o mejorar la raza, era posible en países— independientemente de si era bueno o malo—donde la población indígena era una minoría. Pero en Guatemala era simplemente esquizofrénico. Eso degeneró en un imaginario profundamente racista y se produjo un Estado autoritario, excluyente, racista en la medida que los indígenas quedaron al margen de la ciudadanía, al margen de lo político y encima considerados como una raza inferior.

¿Hubo otras corrientes de pensamiento que contrarrestaran ese pensamiento racista?
El marxismo no lo fue, porque lo que hizo fue proletarizar al indígena. Es decir, plantearse que el indígena para que sea sujeto histórico se tiene o que campesinizar o proletarizar, pero no puede conservar su propia identidad. Hubo corrientes espiritistas, espiritualistas, anarquistas, socialistas fabianos, que trataron de reconocer la identidad étnica, y no solo de respetar las culturas indígenas. Porque para todas estas corrientes, las culturas mayas, igual que las aztecas, eran culturas superiores y allí visibilizaron la cultura. Vieron en las culturas prehispánicas un elemento de asidero y de construcción de identidad nacional. Pero fueron aplastadas por el posliberalismo dictatorial de los años treinta o por el marxismo que también era muy darwiniano, en el sentido de integrar, asimilar al indígena y daba igual que se asimilara como proletario que como ladino. La teoría de ladinización para la construcción de la nación homogénea era igual en unos y en otros. Desde esa perspectiva el pensamiento racial se coló mucho en la idiosincrasia y en el imaginario racista guatemalteco. Prueba de ello es que somos el único país de América Latina en que una guerra termina con un genocidio. El genocidio es la máxima expresión de racismo que ha podido haber en países que intrínsecamente tienen un problema de racismo en sus sociedades.

¿Cuánto influyó el racismo ideológico para la conformación del Estado guatemalteco?
Mucho. Todos los estados americanos y europeos. El estado racial es un estado que se construye en Europa, tampoco creamos que los latinoamericanos somos los únicos. Pero considero que ese estado racial, en la medida en que entran las leyes, la ciudadanía, la construcción de otros patrones, los elementos raciales van bajando y van apareciendo los étnico culturales o los sociales, los derechos sociales, los derechos de los trabajadores, con lo cual la sociedad se va equilibrando. Cuando un estado racial se consolida como un estado autoritario, con las dictaduras, ese estado racial se va convirtiendo en un estado racista porque excluye políticamente al indígena y le da una ciudadanía de segunda categoría, porque no le permite prácticamente su supervivencia económica y porque de alguna manera se plantea que es una raza inferior. Es decir hay un pensamiento degeneracionista, excluyente. Cuando ese estado racial se convierte en estado racista y decide que hay que excluir al otro o que hay que eliminar al otro, ya no solo porque lo considera una raza inferior, sino porque es enemigo del estado, se produce el genocidio. El estado racial, en la medida que se constituye en estado racista, es capaz de eliminar a sus propios ciudadanos por ser de otro grupo étnico.

¿Qué fue lo que cambió para que después de los años 70 se retomara el concepto de raza?
Creo que cambiaron dos cosas importantes. En primer lugar, un cuestionamiento del marxismo clásico por parte de los neomarxistas. Las ideas francesas de alguna manera influyeron en nuestra generación más joven, que fue la que se implicó en la guerra. Desde esa perspectiva, organizaciones como Orpa tenían el racismo como idea central de debate y de análisis. Aunque, también, las organizaciones guerrilleras, tuvieron prácticas racistas y esto provocó que las propias organizaciones indígenas que se incorporaron a la guerra empezaran a ser conscientes que eran profundamente discriminadas aún dentro de las propias guerrillas. En este sentido, el racismo es un instrumento de lucha política de la población discriminada. A la vez, las elites mayas que se van a estudiar al extranjero comienzan a generar un pensamiento propio y asumir el racismo como un elemento esencial histórico estructural para comprender su propia situación de dominación: el concepto de raza va variando y va siendo retomado por diferentes grupos sociales hasta convertirse en un arma de liberación.

A la luz de las influencias intelectuales ¿cuánta apertura política incluyente se aprecia en las organizaciones partidistas actuales?
Toda la recuperación que hizo el nacionalismo espiritualista de los años 20 y 30 de reconocimiento de la cultura indígena, incluso el socialismo espiritual de Arévalo que sin duda tenía una corriente teosófica detrás, prácticamente ha desaparecido. Los actuales partidos políticos no parecen incorporar plenamente a la ciudadanía a los pueblos indígenas, en la medida que no ha habido cumplimiento del Acuerdo de identidad de los pueblos indígenas, no ha habido cumplimiento en la política pública contra el racismo y la discriminación y ha habido un olvido de los pueblos indígenas como pueblos identitarios— independientemente de la participación partidista de los indígenas, a la que tienen derecho, como cualquier ciudadano—. El reconocimiento del pueblo indígena como sujeto histórico, sujeto de derechos, es algo que se peleó mucho en tiempos anteriores y hubo grandes logros en cuestiones paritarias, en el desarrollo del ámbito lingüístico, de educación, pero en la actualidad está paralizado.

¿Qué nuevos debates es necesario abordar en cuanto a la discriminación?
No nos podemos quedar simplemente en la denuncia del racismo, lo que tenemos que ver es que proyectos de carácter político nos permiten generar espacios de sociabilidad, donde mayas, mestizos, los que se consideran blancos criollos se reúnan a encontrar cosas en común, o más problemas en común, que nuestras diferencias. Lo que hay que analizar en estos momentos son las nuevas caras del racismo, la invisibilización del racismo por parte de los medios, renegociar una historia que no sea racista, revisar los libros de texto que visibilice a los indígenas como parte de la historia. El renegociar las memorias históricas como parte de la exclusión, el no solo pedir perdón por el genocidio sino analizar profundamente por qué se produjo. No basta con reconocer que somos un país o un Estado racista, y no solo consiste en hacer políticas sino en ejecutarlas, incluir funcionarios indígenas en cargos de poder porque está invisibilizada su presencia.

Diario de Centro América / La Revista. Pág. 14. Guatemala, viernes 25 de febrero de 2011.

Conceptos de la modernidad.
El lenguaje de los Ismos

● Marta Elena Casús Arzú
● F&G editores, 2010

En Centro América, en contra de lo que se ha venido pensando, en el periodo de 1880 a 1930, la historia del pensamiento social e intelectual fue enormemente rica y contó con grandes pensadores, con importantes redes intelectuales y con movimientos propios de diversa índole: el modernismo, el teosofismo, el vitalismo y otros “ismos” más universales de la época como el antiimperialismo, el positivismo, el liberalismo o el anarquismo, adquirieron sus especificidades en la región. Grandes escritores e intelectuales que tuvieron un fuerte impacto en la región a la vez que la influencia de México, Argentina y Chile contribuyeron a la circulación de ideas y dotaron a los movimientos sociales de una impronta latinoamericana. El concepto ismos es un tema de difícil aprehensión y seguimiento para los teóricos que estudian la modernidad. Los movimientos que se abordan en esta publicación son vertebradores de la modernidad en América Latina y para lograr agruparlos se les situaron en un cruce de caminos entre la historia conceptual, la historia intelectual y la historia de las ideas. Son escasos los autores que han analizado los conceptos referidos a los “ismos” de finales del siglo XIX y principios del XX, probablemente por sus significados tan diversos que cambian más de lo que se cree. Estos conceptos denotan acción y están relacionados con su expresión en la vida pública y también con la toma de conciencia de la historia. Este trabajo analiza los términos y conceptos fundamentales que adquirieron enorme importancia en el lenguaje político de la época y alcanzaron el lenguaje común, asumiendo diversos significados en la opinión pública. Además porque muchos de ellos fueron utilizados como arma política contra la injusticia, la desigualdad y la intolerancia. NM | DCa |.

Prensa Libre / Actualidad: Nacional. Pág. 8. Guatemala, lunes 28 de febrero de 2011.

 

“Un estudio determinó que el hijo de la mujer indígena tardaba 70 años en salir adelante; el de la mujer ladina, 20”.

“Ser racistas nos cuesta muy caro como país”
Por: ANA LUCÍA GONZÁLEZ

Provenir de una familia guatemalteca de abolengo definió la vida de Marta Elena Casaús Arzú, quien recuerda que desde pequeña vivió el racismo en casa, cuando su abuelo le pegó por primera vez por jugar con “indios”.

Salir del país le permitió aislarse de aquel “ambiente cotidiano” y ver la discriminación desde otra perspectiva.

Su estudio Linaje y racismo es hoy un referente universitario que va por la cuarta edición, unido a una serie de libros que han continuado la investigación sobre este tema.

¿Cuáles han sido los hallazgos más notorios sobre el racismo en Guatemala?
Linaje y racismo fue el descubrimiento de cómo se movían las redes familiares y cómo se estructuraba el poder desde estas redes. Cuáles eran las estrategias de las familias para preservar el poder y consolidarlo aun en momentos de crisis y vacío.

Eso nos llevó a plantear cómo pensaban estas élites sobre “los otros”: los pueblos indígenas, y nos dimos cuenta de su visión discriminadora y racista. Seguían pensando que era una raza inferior e incapaz de regenerarse.

Linaje y racismo fue un shock que ha generado debate en la opinión pública y académica. Al preguntarme cuál será la clave, creo que fue denunciar un hecho evidente que nadie quería reconocer: somos racistas.

Sirvió de revulsivo a la clase dominante, y a los pueblos indígenas les sirvió para constatar algo que ellos padecían, pero de cuya magnitud no eran del todo conscientes.

¿Es que la mayoría no es consciente del racismo en este país?
No. El racismo es un elemento histórico estructural. Se ha convertido en parte de la vida cotidiana del guatemalteco. Uno oye “No seas ishtío” o “¡Ay, papito!” como frases que se emplean para designar a otro. No lo usamos para alguien de nuestro grupo. El colmo es que a toda mujer indígena le llaman María. Es una manera de ningunear al otro.

¿Se ha hecho un diagnóstico del racismo?
Discriminar a otro, no darle las mismas oportunidades educativas, pagar diferentes sueldos es algo ya medido, pues a causa de ello el país deja de crecer 3.3 por ciento del PIB (producto interno bruto).

¿Cómo se ha determinado esto?
Un estudio hizo un análisis comparativo en tres países. Tomó a la población indígena rural y ladina rural en extrema pobreza. El hijo de la mujer indígena tardaba 70 años en salir adelante, y el de la mujer ladina, 20.

Eso se midió en función de los costos de la discriminación. En lugares de población indígena hay menos escuelas, menos acceso a educación bilingüe, menos acceso a carreteras y desnutrición crónica. Esta discriminación se vuelve un condicionante que va restando oportunidades. Esto se midió con una fórmula matemática.

La clase dominante todavía no es consciente de que ser racistas nos cuesta muy caro. Es un costo para ellos y para el PIB del país.

¿Se le facilitó la investigación por pertenecer a una familia de abolengo?
Definitivamente; no lo podría hacer nadie que no perteneciera a la clase dominante.

Ahora dicen “no”, “no son como uno”. Es la chusma o el shumo que viene a sustituir el tema racial. Por ejemplo, en Facebook se ven cantidad de exclusiones en función del color de la piel. Este es el país de la pigmentocracia, donde el color de piel marca cuál es tu jerarquía social.

¿Hacia dónde vamos para superar este lastre?
Sí noto cambios. Soy la primera sorprendida en dar una clase en la Universidad Rafael Landívar y encontrar a alumnos que leen el libro. Me piden que firme el texto, el suéter, las fotocopias. Se convierte en un elemento de toma de conciencia. Es un libro que obliga a cualquier persona a tomar posición y asumir su condición.

Por otro lado, no es casualidad que en toda América Latina el único genocidio haya sido en Guatemala. El genocidio es la máxima expresión del racismo. No sucedió esto en El Salvador.

Creo que sí ha habido una toma de conciencia del racismo como instrumento de dominación, pero también de liberación.

El que entiende los mecanismos del poder a través de la discriminación sabe cómo combatirlos. Y para los pueblos indígenas ha servido como instrumento de lucha y liberación, sobre todo para las mujeres.

Prensa Libre / Opinión: PERSISTENCIA. Pág. 16. Guatemala, jueves 24 de febrero de 2011.

 

Los conceptos que llevan el sufijo “ismo” tienen como elemento común dirigirse a movimientos políticos contemporáneos.

Lenguaje de los “ismos”
Por: Margarita Carrera

Bajo el título “El lenguaje de los ismos: algunos conceptos de la modernidad en América Latina, Marta Elena Casaús Arzú nos acaba de entregar su último libro, excelentemente editado por F&G editores. Doctora en ciencias políticas y sociología, profesora titular de Historia de América en la Universidad Autónoma de Madrid, directora de máster europeo en Estudios Latinoamericanos, investigadora principal en múltiples proyectos relacionados con el desarrollo intelectual centroamericano tanto en España como en Guatemala, Casaús es una máxima exponente de la intelectualidad en lengua española.

En la introducción de la obra, escrita por ella, habla sobre cómo el lenguaje de los “ismos” ha de incorporarse a la historia conceptual en América Latina, siglos XIX y XX. Su obra —expone— “es una contribución del equipo de investigación consolidado de la Universidad Autónoma de Madrid (Eihirical), bajo mi dirección para el proyecto Algunos conceptos vertebrados de la modernidad en América Latina… financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia, 2005–2008”. Se trata de “un cruce de caminos entre la historia conceptual, la historia intelectual y la historia de las ideas”.

No está exenta de lo psicológico, pues lleva consigo “una fuerte carga emocional”. Los conceptos que llevan el sufijo “ismo” tienen como elemento común dirigirse a movimientos políticos contemporáneos. Ejemplos: “imperialismo”, “ateísmo”, “materialismo”, “comunismo”, “positivismo”, “liberalismo”. Estos están vinculados a conflictos sociales y políticos.

Las funciones que desempeñan son tres: a) denuncia o denota una corriente frente a otra; b) sirve para dar sentido de pertenencia en una corriente de pensamiento, con un movimiento social o político; c) conlleva una fuerte carga emocional, por lo que sirve como poderosa arma para la acción y la movilización sociales.

Anterior a esta obra, Marta Elena había escrito otro voluminoso y fecundo libro: Las redes intelectuales centroamericanas: un siglo de imaginarios nacionales (1820-1929). Esta última obra devela cómo autores centroamericanos “contribuyeron a rescatar los valores culturales de ‘Nuestra América’ y a recuperar el pasado histórico de las culturas prehispánicas que formaron un proyecto de nación étnico-cultural”.

Retornando a El Lenguaje de los ismos, Marta Elena señala a autores como José Cecilio del Valle, Rubén Darío, Miguel Ángel Asturias, Alberto Masferrer, Joaquín García Monge, Salvador Mendieta, Froylán Turcios, o Augusto César Sandino.

Asimismo, habla de importantes intelectuales que venían a Centroamérica, como José Martí, Víctor Raúl Haya de la Torre, Manuel Ugarte, Krishnamurti, Jinarajadasa, Gabriela Mistral , Porfirio Barba Jacob, Adolfo Posada, María Sierra, José Vasconcelos, Justo Sierra, Manuel Gamio, quienes influyeron en la formación de los movimientos sociales que conllevan el sufijo “ismos”.

Por ello, finaliza Marta Elena, aborda “en este volumen dos perspectivas diferentes: la historia conceptual y la historia intelectual con sus puntos en común y sus divergencias, pero que aportan otro modo de entender la formación de la historia del pensamiento en América Latina, que además nos van a permitir plantearnos nuevas preguntas sobre el pasado para entender el presente y, sobre todo, como diría Kroebner, nos van a ayudar a asumir nuestra conciencia histórica en el nuevo orden mundial”.

Diario La Hora / Cultura. Pág. 22. Guatemala, miércoles 16 de febrero de 2011.

 

"El lenguaje de los ismos" fue publicado por F&G Editores.

LIBRO: Algunos conceptos de la modernidad en América Latina

"El lenguaje de los ismos"
Por: Redacción La Hora

Mañana, a las 18:30 horas, en el Auditórium René Poitevin de FLACSO-Guatemala (3ª. calle 4-44 zona 10), se presenta el libro "El lenguaje de los ismos: Algunos conceptos de la modernidad en América Latina", una compilación de ensayos, coordinado por Marta Elena Casaús Arzú. La presentación tendría comentarios de Martín Rodríguez Pellecer y Edgar S. G. Mendoza. Entrada libre.

El libro, publicado por F&G Editores, se sitúa en un cruce de caminos entre la historia conceptual, la historia intelectual y la historia de las ideas. Incluye ensayos de Marta Elena Casaús Arzú, Mónica Quijada, Elías José Palti, Ana María Stuven V., María del Rosario Peludo Gómez, Artemis Torres Valenzuela, Patricia Arroyo Calderón, Teresa García Giráldez, Ricardo Melgar Bao, Regina Fuentes Oliva, Eduardo Devés-Valdés y Rolando Castillo Quintana.

El lenguaje de los "ismos" lleva aparejada una fuerte carga emocional e importantes movimientos sociales y políticos que dificultan la interpretación de sus significados, y la búsqueda de los deslizamientos conceptuales, en relación con los contextos histórico-sociales en donde emergen, resulta compleja e imprecisa; pero debido a su fuerza, universalidad, capacidad de dispersión y de movilización, también suponen un reto y un intento de aproximación genealógica, desde nuevas perspectivas con menor carga ideológica, que permiten comprender no sólo el desarrollo, la variación del concepto y la influencia de las corrientes de pensamiento en dicha resignificación, sino la apropiación y renegociación de conceptos de uso común, pero de significado diferente, como son: mestizo, ladino, indio, regeneración, unionismo, federalismo; o desde mediados del siglo XX: desarrollismo, multiculturalismo e interculturalidad.

El libro da prioridad a Centroamérica, debido a que es una región con escasos estudios sobre el tema por su singularidad de "área periférica y dependiente" —pero con una sólida y fluida circulación de las ideas—, por su carácter pluriétnico, multilingüe y multicultural, por su tardía constitución en unidades republicanas, por el recurrente "problema del indio y de la nación" y por su incapacidad de negociar una memoria histórica.

El libro brinda un panorama general de la resignificación y del deslizamiento conceptual de aquellos vocablos que han sido y siguen siendo claves para explicar nuestra realidad y tomar conciencia de la misma.

Diario La Hora / Suplemento Cultural. Pág. 8. Guatemala, sábado 12 de febrero de 2011.

El lenguaje de los ismos: Algunos conceptos de la modernidad en América Latina
Por: Suplemento Cultural

F&G Editores presentará el libro El lenguaje de los ismos: Algunos conceptos de la modernidad en América Latina, coordinado por la doctora Marta Elena Casaús Arzú; la presentación se realizará el jueves 17 de febrero de 2011, a las 18:30 horas en el Auditórium René Poitevin, FLACSO-Guatemala (3a. calle 4-44 zona 10).

Marta Elena Casaús la acompañarán Martín Rodríguez Pellecer y Edgar S.G. Mendoza, quienes comentarán el libro. Martín Rodríguez Pellecer es periodista, dirige el medio de comunicación en línea Plaza Pública de la Universidad Rafael Landívar, tiene una maestría en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Autónoma de Madrid y una licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Francisco Marroquín. Edgar S. G. Mendoza es doctor en Sociología por la UNICAMP de Sao Paulo Brasil, con maestría en Antropología Social por la Universidad de Brasilia, y es profesor de la Escuela de Historia da la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Los trabajos incluidos en El lenguaje de los ismos: Algunos conceptos de la modernidad en América Latina se sitúan en un cruce de caminos entre la historia conceptual, la historia intelectual y la historia de las ideas. Incluye ensayos de Marta Elena Casaús Arzú, Mónica Quijada, Elías José Palti, Ana María Stuven V., María del Rosario Peludo Gómez, Artemis Torres Valenzuela, Patricia Arroyo Calderón, Teresa García Giráldez, Ricardo Melgar Bao, Regina Fuentes Oliva, Eduardo Devés-Valdés y Rolando Castillo Quintana.

El lenguaje de los "ismos" lleva aparejada una fuerte carga emocional e importantes movimientos sociales y políticos que dificultan la interpretación de sus significados, y la búsqueda de los deslizamientos conceptuales, en relación con los contextos histórico-sociales en donde emergen, resulta compleja e imprecisa; pero debido a su fuerza, universalidad, capacidad de dispersión y de movilización, también suponen un reto y un intento de aproximación genealógica, desde nuevas perspectivas con menor carga ideológica, que permiten comprender no sólo el desarrollo, la variación del concepto y la influencia de las corrientes de pensamiento en dicha resignificación, sino la apropiación y renegociación de conceptos de uso común, pero de significado diferente, como son: mestizo, ladino, indio, regeneración, unionismo, federalismo; o desde mediados del siglo XX: desarrollismo, multiculturalismo e interculturalidad.

El libro da prioridad a Centroamérica, debido a que es una región con escasos estudios sobre el tema por su singularidad de "área periférica y dependiente" —pero con una sólida y fluida circulación de las ideas—, por su carácter pluriétnico, multilingüe y multicultural, por su tardía constitución en unidades republicanas, por el recurrente "problema del indio y de la nación" y por su incapacidad de negociar una memoria histórica.

El libro brinda un panorama general de la resignificación y del deslizamiento conceptual de aquellos vocablos que han sido y siguen siendo claves para explicar nuestra realidad y tomar conciencia de la misma.

Marta Elena Casaús Arzú es doctora en Ciencias Políticas y Sociología. Profesora titular de Historia de América en la Universidad Autónoma de Madrid. Directora del Máster Europeo en Estudios Latinoamericanos. Investigadora principal en múltiples proyectos relacionados con el desarrollo intelectual centroamericano tanto en España como en Guatemala. Dirigió el proyecto Diagnóstico del racismo en Guatemala: Investigación interdisciplinaria y participativa para una política integral para la eliminación del racismo (6 volúmenes). Algunas publicaciones recientes: Social practice and racist discourse of the Guatemalan power elite (Teum Van Dijk, Racism and Discourse in Latin America, 2009), Genocidio ¿la máxima expresión del racismo? (2008), Guatemala: linaje y racismo (4ª edición, 2010), Historia intelectual de Guatemala, La metamorfosis del racismo en Guatemala (2002), Desarrollo y diversidad cultural en Guatemala. Coautora de Las redes intelectuales centroamericanas: un siglo de imaginarios nacionales (1820-1920) (2005 y 2010), Redes intelectuales y formación de naciones en España y América Latina (1890-1940) (2005).

Revista D / Prensa Libre. Pag. D-29. Guatemala, domingo 13 de febrero de 2011.

Conceptos sociológicos

Los trabajos incluidos en este libro se encuentran situados en un cruce de caminos entre la historia conceptual, la historia intelectual y la historia de las ideas.

El lenguaje de los “ismos” lleva aparejada una fuerte carga emocional e importantes movimientos sociales y políticos que dificultan la interpretación de sus significados, y la búsqueda de los deslizamientos conceptuales, con relación a los contextos histórico-sociales en donde emergen, resulta compleja e imprecisa; pero debido a su fuerza, universalidad, capacidad de dispersión y de movilización, también suponen un reto y un intento de aproximación genealógica, desde nuevas perspectivas con menor carga ideológica, que permiten comprender no solo el desarrollo, la variación del concepto y la influencia de las corrientes de pensamiento en dicha resignificación, sino la apropiación y renegociación de conceptos de uso común, pero de significado diferente, como son: mestizo, ladino, indio, regeneración, unionismo, federalismo; o desde mediados del siglo XX: desarrollismo, multiculturalismo e interculturalidad.

El libro da prioridad a Centroamérica, debido a que es una región con escasos estudios sobre el tema, por su singularidad de “área periférica y dependiente” —pero con una sólida y fluida circulación de las ideas—, por su carácter pluriétnico, multilingüe y multicultural, por su tardía constitución en unidades republicanas, por el recurrente “problema del indio y de la nación” y por su incapacidad de negociar una memoria histórica (texto de contraportada).

El lenguaje de los ismos: Algunos conceptos de la modernidad en América Latina. Coordinadora: Marta Elena Casaús Arzú. Ensayos de 12 autores. F&G Editores. 462 páginas.

elPeriódico / Cultura y ocio. Guatemala, jueves 17 de febrero de 2011.

El lenguaje de los Ismos
Por: Juan D. Oquendo

Hoy se presenta el texto coordinado por Marta Elena Casaús sobre los distintos movimientos que se dieron en Centroamérica desde el siglo XIX hasta nuestros días.

Quizá solo interese a académicos… pero leyendo detenidamente El lenguaje de los ismos, cualquiera percibe que su importancia radica en que se conozca la historia –la conceptual, la intelectual y la de las ideas– de la región centroamericana, y particularmente la de Guatemala. Bajo el sello de F&G Editores, se presenta un texto con trabajos de un equipo de investigación de la Universidad Autónoma de Madrid, formado por Mónica Quijada, Elías Palti, Ana Stuven, María Peludo, Artemis Torres, Patricia Arroyo, Teresa García, Ricardo Melgar, Regina Fuentes, Eduardo Devés-Valdés y Rolando Castillo. Con respectivos ensayos, bajo la coordinación de Elena Casaús.

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología, Casaús presenta hoy un libro que reúne ensayos que estudian los “ismos” centroamericanos desde el siglo XIX hasta nuestros días, pasando por un análisis objetivo de los pensadores de la región. La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) será el lugar de la presentación. Así, tuvimos oportunidad de conversar con Casaús respecto a El lenguaje de los ismos.

¿Cuál es la intención de realizar un libro sobre los “ismos” en Centroamérica?
– En Las redes intelectuales centroamericanas (2005) estudiamos a los intelectuales de los países cercanos y vimos que los escritores de los otros países habían creado un proyecto de nación más homogéneo. En Guatemala predominaba el racismo en las elites del poder con Ubico, desde esa perspectiva estudiamos a todos los intelectuales de pensamiento racialista. Luego vino la inquietud de cómo nacen esos conceptos, como armas de lucha o debate público, y escogimos a aquellos convertidos en movimientos sociales que habían servido para unir o desunir la sociedad. Luego hicimos una genealogía, para tratar de entender cuáles son los proyectos intelectuales que buscan una sociedad incluyente.

¿Llena este texto el vacío de estudios respecto a la región?
– No, el libro sirve para entender tres cosas: primero que nuestro antiimperialismo no es marxista, sino que surge de las corrientes teosóficas y espiritualistas, y que procede del unionismo. En segundo lugar, el unionismo no es un proyecto de los cachurecos o conservadores, es un movimiento progresista: dieron el voto a la mujer en 1921, incorporaron a los indígenas, es tolerante, moderno y avanzado. Tercero, que existen más vías que la costumbre dicotómica de expresar nuestra realidad: blanco o negro, comunista o anticomunista, etcétera. Es decir, utilizar el lenguaje no como instrumento de lucha, sino de debate.

¿Aparejar el sufijo “ismo” a un concepto provee al mismo automáticamente de una carga emocional?
– Añadir el sufijo “ismo” genera un movimiento social, una toma de posición de unos individuos frente a otros como imperio. Hay una carga denotativa que es algo que favorece a unos y desfavorece a otros. Básicamente es un sistema de dominación, y no es objetivo: los buenos y los malos dependen de dónde estén situados.

¿Qué “ismo” ha sufrido el mayor desplazamiento en la región centroamericana?
– Por una parte, el del racismo. Es un concepto y un vocablo profundamente negativo con una connotación terrible frente a otros, es de negación y exclusión del otro, de incomunicación que sirvió para reforzar un sistema de dominación del liberalismo y el cultivo del café. Pero de alguna manera, el movimiento maya, los pueblos indígenas, retoman el concepto como bandera de lucha. Finalmente, las mujeres mayas utilizan recientemente el concepto como instrumento de liberación sexual en terapias en el libro ‘La palabra y el sentir de las mujeres Mayas de Kaqla’. Resulta fascinante este desplazamiento, que adquiere un giro de 360 grados. Pero cada ismo tiene un nivel de cambio semántico. No lo puedo asegurar, pero parece que Centroamérica, y Guatemala, por explicarse el mundo de forma dicotómica, tiene mayor capacidad de desplazar los conceptos. Se pervierten lingüísticamente, se agotan.

¿Continuará cambiando el concepto de racismo?¿Hacia dónde?
– Estoy convencida de que lo importante es encontrarnos en el camino. Con Demetrio Cojtí, en 1995, tratábamos de entender el racismo desde dos ópticas. Cojtí desde el discriminado, y yo desde la clase dominante… ambos usando la misma bibliografía (risas). Los dos teníamos nuestros prejuicios raciales, y para colmo, nos ponen a viajar juntos por EE.UU. durante 15 días. Ahora somos íntimos amigos, porque comprendimos que no nos conocíamos, que no teníamos comunicación profunda e interactiva.

Lo que pasa ahora es que al margen de los gobiernos y el narcotráfico, se da un sustrato intermedio, donde nosotros valoramos a los otros, quienes tienen mucho que aportar. El racismo genera ahora espacios de socialidad (sic), donde el mismo se diluye en ciertos sectores escasos, pero genera relación intercultural, de comunicación, que nos permite hacer proyectos comunes. Esto sirve para desactivar mecanismos del racismo, para entender que el concepto no ha sido más que un obstáculo, no solo de comunicación, opresión y explotación, sino de crecimiento económico. Porque discriminar al otro es negarle oportunidades. Por eso develar estos temas nos lleva a entender mejor la falta de comunicación.

Prensa Libre / Weekend. Pág. 2. Guatemala, viernes 11 de febrero de 2011.

El lenguaje de los ismos

Marta Elena Casaús Arzú coordina los textos de 12 académicos y académicas de universidades latinoamericanas y europeas de prestigio, que giran alrededor de la resignificación de términos que sirven para definir los movimientos históricos que han marcado al hemisferio. El estudio cubre un lapso que va desde la Independencia a 2008, dividido en tres bloques. La obra es fundamental para entender este fenómeno, sobre todo para historiadores, sociólogos, antropólogos y, ¿por qué no?, incluso para políticos.

Prensa Libre / Semanario mujer. Pág. 8. Guatemala, miércoles 9 de febrero de 2011.

El lenguaje de los ismos

F&G Editores presenta el libro El lenguaje de los ismos: Algunos conceptos de la modernidad en América Latina, con la participación de Marta Elena Casaús Arzú. La actividad es mañana a las 18:30 horas, en el auditorio René Poitevin, FLACSO-Guatemala 3a. Calle 4-44, Zona 10, teléfono 24147444.

elPeriódico / elAcordeón. Guatemala, domingo 6 de febrero de 2011.

El lenguaje de los ismos de Marta Elena Casaús Arzú (coord.)

Los trabajos incluidos en este libro se encuentran situados en un cruce de caminos entre la historia conceptual, la historia intelectual y la historia de las ideas. Tratamos de brindar un panorama general de la resignificación y del deslizamiento conceptual de aquellos vocablos que han sido y siguen siendo claves para explicar nuestra realidad y tomar conciencia de la misma: unionismo, federalismo, racismo, imperialismo, positivismo, liberalismo, democratismo, republicanismo; o desde mediados del siglo desarrollismo, multiculturalismo.

El libro da prioridad a Centroamérica, debido a que es una región con escasos estudios sobre el tema por su singularidad de "área periférica y dependiente", por su carácter pluriétnico, multilingüe y multicultural, por su tardía constitución en unidades republicanas, por el recurrente "problema del indio y de la nación" y por su incapacidad de negociar una memoria histórica.

Siglo 21 / Magacín. Pág. 3. Guatemala, domingo 13 de febrero de 2011.

Libros
El lenguaje de los ismos

JUEVES 17, 6:30 P.M. ENTRADA LIBRE. AUDITORIO RENÉ POITEVIN DE FLACSO, 3A. CALLE 4-44, ZONA 10. 24147444. VISITE FLACSO.EDU.GT Y FYGEDITORES.COM.

Presentación del libro El lenguaje de los ismos: Algunos conceptos de la modernidad en América Latina, coordinado por la doctora Marta Elena Casaús Arzú. Entre otros, la obra incluye ensayos de, Mónica Quijada, Elías José Palti, y Ana María Stuven.

Siglo 21 / Magacín. Pág. 4. Guatemala, domingo 13 de febrero de 2011.

El lenguaje de los ismos: algunos conceptos de la modernidad en América Latina

MARTA ELENA CASAÚS ARZÚ (COMPILADORA) / F&G EDITORES

Mestizo, ladino, indio, regeneración, multiculturalismo, interculturalidad... Este libro ofrece un panorama general de la resignificación del deslizamiento conceptual de los vocablos que han sido y siguen siendo claves para explicar nuestra realidad y para tomar conciencia de la misma. Visite fygeditores.com.

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